Los migrantes que trataron de entrar a finales de junio al enclave español de Melilla, en el norte de Marruecos, murieron por «asfixia mecánica», según aseguró el miércoles el Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), un organismo oficial marroquí.
«La misión del CNDH confirma que 23 migrantes murieron tras la tentativa de ingresar a Melilla», declaró Amina Bouayach, presidenta del CNDH en una rueda de prensa en Rabat para presentar las conclusiones preliminares de la «misión de información» encargada al organismo tras la tragedia.
Tras un examen de los cadáveres, el doctor Adil el-Sehimi, quien es parte de la misión de la CNDH, privilegió la pista de la «asfixia mecánica» como causa de los fallecimientos.
El doctor precisó sin embargo que aún se esperan los resultados de las autopsias.
El 24 de junio, unos 2.000 migrantes trataron de ingresar a la fuerza a Melilla desde Marruecos, un «asalto de una singularidad sin precedentes», según la CNDH.
«Con palos y piedras, los migrantes, en su mayoría sudaneses y que vinieron en gran número, se dividieron en dos grupos: el primero asaltó un puesto fronterizo cerrado desde 2018 y el segundo escaló los muros de alambre de púas cercanos», según la CNDH.
La tragedia tuvo lugar en una zona del puesto fronterizo dotada de torniquetes manuales que permiten el paso de una persona a la vez, según la CNDH.
«Un número importante de migrantes se agolpó en esta estrecha zona, lo que provocó empujones y asfixia de los migrantes», añadió el organismo.
En cuanto al «uso excesivo» de la violencia por parte de la policía marroquí, denunciado por la ONU, la Unión Africana y las oenegés de derechos humanos, la CNDH dijo que la represión marroquí se produjo tras «el peligro del gran número de migrantes armados con palos y piedras».
La tragedia de Melilla es la más mortífera hasta la fecha de los numerosos intentos de entrada de inmigrantes subsaharianos en los enclaves españoles de Melilla y Ceuta, las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea con el continente africano.
AFP