Una cuarta parte de las solicitudes de asilo rechazadas en primera instancia por oficiales de inmigración en Estados Unidos terminan revocadas por los jueces, que dan crédito a los temores expresados por los migrantes a sufrir persecución o tortura si son deportados a sus países de origen.
Este dato es el más llamativo de los que se desprenden del nuevo análisis realizado por el centro independiente Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), de la Universidad de Syracuse en el estado de Nueva York.
Cuando el migrante no recibe una decisión favorable de un oficial de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), tiene derecho a ser escuchado por un juez. De acuerdo con las cifras de TRAC, los jueces de cortes de inmigración han escuchado más de 100.000 de estos casos en los últimos 25 años.
Si no pasa esta segunda evaluación en la corte, generalmente será deportado de inmediato, salvo casos excepcionales.
En general, ha habido una proporción creciente de decisiones de oficiales de asilo anuladas por los jueces, del mismo modo que ha ido en aumento la cantidad de casos de «temores fundados» expuestos por los solicitantes de asilo.
En el año fiscal 2010, esos casos de «temores fundados» superaron los 1.000 por año; en 2014 aumentaron a más de 6.000, y fueron más de 12.000 en 2019, según el análisis de datos de la universidad. Este aumento refleja en gran parte el creciente número de personas que buscan asilo en este país, particularmente en la línea fronteriza entre Estados Unidos y México, agrega.
Indica además que en el último periodo disponible de 12 meses, los oficiales de asilo de USCIS negaron las peticiones de los migrantes por «temor fundado» 32% de las veces, pero cuando fueron ante un juez esa cifra llegó 23%.
En el tiempo transcurrido durante el gobierno del presidente demócrata Joe Biden, desde el año fiscal 2021 hasta febrero de 2023, los jueces de inmigración han dictado cerca de 36.000 decisiones, de las que 10.000 fueron favorables a los migrantes.