La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que los líderes de la Unión Europea acordaron endurecer las normas para facilitar la expulsión de solicitantes de asilo cuyas peticiones fueron rechazadas.
Las medidas responden a la preocupación de varios países miembros donde el aumento de la migración irregular se convirtió en un problema candente.
Es «un desafío europeo que requiere una respuesta europea», dijeron los líderes europeos en el documento final de una cumbre de 16 horas entre los jefes de Estado y de gobierno de los Veintisiete.
El bajo porcentaje de solicitantes de asilo devueltos a sus países de hogar una vez rechazada su aplicación es una inquietud en el bloque, que ya acoge a millones de refugiados de Ucrania, Siria o Afganistán.
Sus países también reciben solicitudes de ciudadanos de países menos inseguros como Bangladés, Turquía o Túnez, que a menudo son denegadas al considerarse casos de migración económica.
Von der Leyen dijo que unos «proyectos piloto» entre las agencias europeas de fronteras, asilo y cooperación policial quieren implementar «procedimientos de asilo rápidos y justos» en los límites exteriores del bloque.
Los dirigentes pidieron a la Comisión, el brazo ejecutivo de la UE, «movilizar de inmediato fondos europeos sustanciales» para reforzar las fronteras exteriores con «capacidades e infraestructura de protección, medios de vigilancia, también aérea, y equipamiento», según el documento final de la cumbre.
Algunos países miembros, principalmente Austria, presionaron a la Comisión Europea para financiar unas vallas reforzadas para evitar que los migrantes entren desde países terceros como Turquía.
Pero Von der Leyen ha rechazado repetidamente que los fondos europeos se empleen para construir estas barreras.
Responsables y diplomáticos de la UE señalaron que si Bruselas sufraga las cámaras, las torres de vigilancia y otras infraestructuras en las fronteras, esto liberaría partidas de los presupuestos nacionales para levantar vallas o muros.
Además, los participantes en la cumbre establecieron el «principio» de que los países del bloque pueden usar una decisión judicial ya tomada en otro Estado miembro para devolver a un migrante irregular a su lugar de origen.
Esto busca evitar la llamada práctica del «mercadeo de asilo», por la que los migrantes buscan suerte en otros países cuando les han rechazado la primera solicitud.
AFP.