En el noroeste de Bosnia, los migrantes relatan que los policías croatas les pegan con porras, los amenazan con armas y les roban. Aun así, no desisten del enésimo intento de pasar a este país de la Unión Europea antes del invierno.
«Los policías croatas reaccionan como bestias, pegan a todo el mundo, a refugiados, a niños, a mujeres, a jóvenes, a viejos», dice a AFP Ibrahim Rasool, de 32 años, huido de Afganistán hace cuatro años.
Con decenas de familias de migrantes principalmente afganas, sobrevive en un empantanado campamento en Velika Kladusa, una aldea cercana a la frontera con Croacia, donde espera acceder a la Unión Europea.
Desde hace años, defensores de derechos humanos acusan a la policía croata de repeler en la frontera a los migrantes de forma violenta y humillante, basándose en testimonios de refugiados pero también de fuentes de dentro de la policía.
Zagreb lo desmentía sistemáticamente hasta la reciente publicación en medios europeos de imágenes que muestran a agentes uniformados devolviendo por la fuerza a un grupo de refugiados a Bosnia.
Las autoridades croatas no tuvieron otro remedio que reconocer que miembros de su policía especial aparecían en el video.
Grecia y Rumanía también fueron criticadas por su trato a los migrantes.
– ¿Consentimiento tácito? –
Bruselas ha pedido investigar la cuestión. «La Comisión se opone firmemente a las prácticas de devolución que, como ha repetido regularmente, son ilegales», dijo un portavoz Adalbert Jahnz.
Los activistas lo consideran insuficiente y consideran que el bloque da un consentimiento tácito a estas actitudes que tienen lugar durante demasiado tiempo.
«El flujo de migrantes no interesa a Europa y serán menos los que vienen si la disuasión es más violenta», dijo a AFP Jasmin Klaric, editorialista de la web croata Telegram.
Croacia y Bosnia están en la «ruta de los Balcanes», empleada por numerosos que huyen de los conflictos y la pobreza en Oriente Próximo, Asia y África.
Según las estimaciones de Bosnia, desde 2018, más de 80.000 personas consiguieron cruzar a pie su territorio y acceder a Croacia en su camino hacia el norte de Europa.
Pero miles fueron devueltos. Entre ellos abundan los relatos de violencia.
– Robos en la frontera –
En el campamento de Velika Kladusa, no hay agua ni electricidad. Una mujer se calienta los pies con una hoguera.
A medida que las temperaturas nocturnas se acercan a cero, los migrantes saben que no tienen mucho tiempo para intentar nuevamente pasar a Croacia.
Si fracasan, deberán pasar un nuevo invierno en uno de los centros de acogida oficial abiertos por Bosnia a petición de Bruselas, calientes pero alejados de la frontera.
Ibrahim Rasool, exjugador de fútbol sala, llegó a Bosnia hace un mes tras tres años en Grecia. En este tiempo ya ha sido rechazado varias veces por la policía croata.
«Nos tomaron los teléfonos y no pegaron con bates. Estaban armados. Uno de entre ellos me puse la pistola en la frente», explica.
Viaja con dos familias, 18 personas en total, con niños dentro del grupo. En una ocasión se cruzaron con un oso pero prefieren «el bosque y el posible encuentro con animales salvajes para evitar la policía, mucho más peligrosa».
Amir Ali Mirzai, músico de 24 años, salió de Afganistán con su familia hace tres meses en medio de la ofensiva de los talibanes, declara a AFP tras haber sido atacado por policías.
«Tenía 400 euros y me los han quitado, también el teléfono. No me devolvieron nada. Me pegaron y nos retornaron a Bosnia», deplora.
Croacia sostiene que las violencias filmadas por periodistas son casos aislados y anunció la suspensión de tres agentes.
Los defensores de migrantes aseguran que los abusos se agravaron tras el cierre de la ruta balcánica en 2016.
– «Fortaleza Europa» –
«Los insultos verbales, los malos tratos se transformaron en violencia física», dice a la AFP Tea Vidovic, del Centro de Estudios por la Paz, una ONG en Zagreb.
Croacia quiere entrar de cara a 2024 en el espacio Schengen de libre circulación de personas pero, mientras, debe proteger sus fronteras.
«Bruselas y algunos países son hipócritas», escribió recientemente el diario croata Vecernji List.
«Condenan la violencia pero no quieren abrir sus puertas a migrantes e insisten para que países externos, entre ellos Croacia, les impidan entrar en la +fortaleza Europa+», añadió.
Según la ONG danesa Consejo de Refugiados, más de 30.000 personas vieron impedido su paso de Bosnia a Croacia desde junio de 2019.
Pero en Velika Kladusa, los acampados están determinados a llegar a la Unión Europea antes del invierno.
«Empieza a hacer frío aquí», dice Zahir Panahi, de 41 años, partido de Kabul hace unos dos años. Con su mujer y sus cuatro hijos, preparan ahora su 29º intento.
Con información de AFP