El líder ultraderechista italiano Matteo Salvini vuelve a incendiar a Italia al abrir este jueves la campaña electoral en Lampedusa, la isla emblema del drama de la migración en Europa, donde desembarcan cada año decenas de indocumentados.
Hace cuatro años, Salvini conquistó el voto de muchos italianos y multiplicó su caudal electoral (17,3%) presentándose como el hombre fuerte y abanderado de la lucha contra la migración.
«Detener los desembarcos. Si ustedes confían en nosotros, volveremos a proteger nuestras fronteras», tuiteó este jueves Salvini poco antes de su llegada a Lampedusa, donde pasará la noche.
En vistas a las elecciones del 25 de septiembre, las primeras en pleno verano en Italia, Salvini vuelve a arremeter contra la migración y los inmigrantes, temas centrales de su estrategia política.
Su regreso a la pequeña isla del Mediterráneo coincide con la oleada de llegadas en barcazas sobrecargadas de cientos de migrantes, la mayoría provenientes de África, al lugar más al sur de Italia, punto de contacto entre África y Europa, a sólo unos 100 km de la costa tunecina.
Como suele ocurrir durante los meses calientes en Europa, cuando las condiciones del mar son mejores, Lampedusa se desborda y más de 1.500 personas han desembarcado en estos días, superando de tres veces su capacidad de acogida.
Decenas de migrantes fueron trasladados este jueves en autobuses del centro de alojamiento al puerto para ser evacuados a otros lugares de la península, según constataron los periodistas de la AFP en la isla.
La Liga, el partido de Salvini, se presenta a las elecciones aliada con los conservadores de Forza Italia del primer ministro Silvio Berlusconi y con la extrema derecha postfascista de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia) de Giorgia Meloni.
Espera así aglutinar a todos aquellos, desde campesinos hasta empresarios, que se sienten víctimas de lo que consideran la plaga de la migración.
«Italia no puede recibir a miles y miles de inmigrantes, aportan problemas que vienen de muy lejos», aseguró Salvini la víspera de viajar.
– Puertos cerrados y bloqueo naval –
Buena parte de la opinión pública italiana recuerda la política de «puertos cerrados» y mano dura contra la migración aplicada en 2019 por Salvini cuando era ministro del Interior.
Impidió que varios barcos humanitarios que transportaban migrantes desembarcaran en Italia obligándolos a vivir en condiciones muy difíciles. Una decisión que le costó varios juicios en los tribunales de Sicilia por secuestro y abuso de poder.
«He sido el único ministro que ha sido capaz de bloquear los desembarcos», alardea Salvini en Facebook.
Sin embargo, el fenómeno ha dejado de ser una prioridad para los italianos, según las últimas encuestas ya que están más preocupados por el aumento de la inflación, el alto costo de la energía y el empobrecimiento en general de la sociedad tras la pandemia.
Salvini además está perdiendo puntos en las encuestas de opinión y la Liga fue superada desde hace meses en todos los sondeos por el partido postfascista de Meloni, quien aprueba también sin titubeos el «bloqueo naval» de los migrantes en el Mediterráneo.
El gobierno saliente alquiló un ferry la semana pasada para evacuar a los inmigrantes de Lampedusa, por lo que Salvini acusó a la izquierda de querer «esconder» a los migrantes con ocasión de su llegada, como táctica para impedir que el tema de la inseguridad centre el debate político.
Paralelamente tres organizaciones humanitarias que rescatan migrantes en el Mediterráneo solicitaron el miércoles a la Unión Europea (UE) que reanude las operaciones de búsqueda y rescate ante el temor de que aumenten las muertes.
El Mediterráneo central es la ruta migratoria más peligrosa del mundo, una especie de enorme cementerio donde han muerto o desaparecido desde 2014 casi 20.000 personas, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Italia ha registrado hasta ahora más de 42.000 llegadas de migrantes, frente a los casi 30.000 durante el mismo período del año pasado.
AFP