A partir de este viernes, los hospitales en Texas deberán preguntar a los pacientes si se encuentran legalmente en Estados Unidos y registrar los costos de tratar a personas sin permiso de residencia.
La orden, emitida por el gobernador republicano Greg Abbott, intensifica el conflicto entre el estado y el gobierno de Joe Biden en torno a la inmigración.
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Aunque los pacientes no están obligados a responder para recibir atención médica, los críticos advierten que la medida podría disuadir a algunos de buscar asistencia en hospitales.
La política es similar a la implementada en Florida por el gobernador republicano Ron DeSantis, quien también se ha pronunciado en contra de la gestión federal de los cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México.
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Los hospitales en Texas han estado preparándose para la nueva normativa durante meses y han asegurado a los pacientes que esta medida no afectará la atención médica proporcionada.