Los sucesos en la población chilena de Iquique son solo el último gesto de xenofobia contra los venezolanos en una historia que ya lleva años. ¿Cuál es la situación en los principales destinos del continente? Aquí una mirada panorámica.
Las imágenes, sin duda dolorosas, han circulado por días: los chilenos que protestan por la presencia de cientos de venezolanos en Iquique, un pueblo en la frontera entre Chile y Perú, hicieron una hoguera con las pertenencias de los migrantes, incluyendo juguetes y un coche de bebé. La región andina, en general, protagoniza junto con Trinidad y Tobago la mayor cantidad de noticias sobre xenofobia contra los nuestros. Las cosas, como siempre, son más complejas de lo que parecen.
Usando las cifras de la Plataforma R4V, elaboramos este panorama sobre el espectro que va entre la hostilidad y la acogida entre los países de acogida con mayor población venezolana, que recomendamos leer teniendo en cuenta los siguientes criterios.
Los venezolanos estábamos más acostumbrados a recibir migrantes que a emigrar. Lo contrario vale para los países andinos y caribeños: están mucho más habituados, social e institucionalmente, a ver irse a su gente que a acoger inmigrantes extranjeros.
La magnitud de la migración venezolana, hecha sobre todo de población muy necesitada de atención urgente, es un reto logístico y político para cualquier país. Lo es mucho más si ese país tiene una cultura política donde abundan el racismo o un nacionalismo a la defensiva. Y es mucho más grave todavía si a la crisis económica se suma una pandemia que vuelve mucho más difícil compartir los limitados recursos de atención sanitaria.
Los países ricos y los países pobres tienen algo en común: políticos que hacen carrera alentando la xenofobia, y que a veces influyen para endurecer las condiciones para el recién llegado.
Por último, la migración venezolana está cambiando: más que una explosión súbita es un flujo constante, más regular, y cada vez más gente se ha asentado en sus países de acogida. La más reciente Encuesta de Condiciones de Vida reveló que dos de cada tres venezolanos que emigraron en los últimos cinco años tienen estatus regular en su país de destino: 12% ya adquirió la ciudadanía del país, 16% la residencia permanente y 33% tiene permiso temporal de residencia.
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