Al menos 600.000 niños pueden haberse visto afectados por la explosión del 4 de agosto en Beirut, ya sea directamente o porque siguen en estado de shock tras la deflagración que arrasó una parte de la capital libanesa y dejó 180 muertos, dijo hoy el director para Oriente Medio y el Norte de África del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ted Chaiban.
En una visita al Hospital Infantil de Karantina, que quedó totalmente destruido por la explosión, Chaiban afirmó a los medios que se estima que «cerca de 600.000 niños podrían estar en estado de shock, vivir con miedo o tener flashback».
Información de EFE