La junta de Birmania rechazó «categóricamente» el martes la acusación de Estados Unidos de que los militares cometieron un genocidio contra la minoría rohinyá, mayoritariamente musulmana.
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«Los relatos mencionados en el discurso del Secretario de Estado [Antony Blinken] están lejos de la realidad», dijo el Ministerio de Exteriores de la Junta en un comunicado.
«Birmania nunca ha llevado a cabo ninguna acción genocida y no tiene ninguna intención genocida de destruir, en todo o en parte, a un grupo nacional, racial o religioso o a cualquier otro grupo», añadió el comunicado.
Estados Unidos declaró oficialmente el lunes que la violencia contra los rohinyás cometida por el ejército de Birmania equivalía a un genocidio, afirmando que había pruebas claras de un intento de «destruir» a esa minoría musulmana.
Citando el asesinato de miles de personas y la huida forzada del país de cerca de un millón en 2016 y 2017, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo haber «determinado que miembros del ejército birmano cometieron genocidio y crímenes contra la humanidad contra los rohinyás».
Alrededor de 850.000 rohinyás viven hacinados en campamentos del vecino Bangladés y muchos de ellos contaron matanzas y violaciones masivas durante la campaña lanzada contra ellos hace cinco años.
Otros 600.000 miembros de la comunidad permanecen en el estado de Rakáin, en Birmania, donde denuncian una opresión generalizada. AFP