La Policía Federal de Brasil informó este martes sobre el desmantelamiento de una organización criminal integrada principalmente por militares entrenados en Fuerzas Especiales. El grupo conspiraba para asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, al vicepresidente Geraldo Alckmin, y al magistrado del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes.
Según las autoridades, el objetivo era evitar la toma de posesión de Lula tras su victoria en las elecciones presidenciales de 2022 y restringir el ejercicio del Poder Judicial.
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El plan, denominado “Puñal verde y amarillo”, estaba previsto para ejecutarse el 15 de diciembre de 2022, 45 días después de que Lula y Alckmin fueran elegidos con el 51% de los votos.
Alexandre de Moraes, uno de los blancos del complot, es clave en las investigaciones sobre los ataques golpistas del 8 de enero de 2023, cuando seguidores del expresidente Jair Bolsonaro irrumpieron violentamente en las sedes de los tres poderes del Estado para intentar un golpe de Estado.
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El secretario general de la Presidencia, Márcio Macêdo, declaró en el marco de la Cumbre del G20 que «no habrá tolerancia para quienes atenten contra el estado democrático de derecho».
La ‘Operación Contragolpe’, lanzada por las autoridades, incluye órdenes de prisión preventiva, allanamientos, incautaciones y medidas cautelares como la prohibición de salida del país para los implicados. Estos enfrentan cargos por abolición violenta del estado democrático de derecho, golpe de Estado y organización criminal.