Canadá anunció este lunes nuevas sanciones contra Irán, dirigidas a funcionarios policiales y judiciales, por lo que calificó de «violaciones flagrantes» a los derechos humanos en el país islámico, en especial durante la represión de las protestas tras la muerte de Mahsa Amini.
La medida se produce después de que nuevas manifestaciones tuvieran lugar durante el fin de semana en Irán, desafiando una orden de los poderosos Guardianes de la Revolución de cesar las protestas, que entran en su séptima semana.
Esta nueva lista de sanciones incluye al comandante de la policía de Teherán, al fiscal general adjunto de la República Islámica y a su fuerza policial, así como a funcionarios en las provincias de Jorasán del Norte y Mazandarán.
«Canadá tiene motivos para creer que estos individuos y entidades han participado en violaciones flagrantes y sistemáticas de los derechos humanos en Irán o en actividades malignas del régimen en el extranjero, que incluyen ataques en otros estados», dijo la ministra de Relaciones Exteriores, Melanie Joly, en un comunicado.
También se incluyó a la Universidad Internacional Al Mustafá, acusada de reclutar estudiantes para la Fuerza Quds de Irán, un grupo de la rama de operaciones extraterritoriales de los Guardianes de la Revolución clasificado como organización terrorista por Canadá y Estados Unidos.
Algunas de las personas están acusadas de haber «participado directamente» en la «persecución injusta y sistemática de la minoría religiosa bahaí de Irán», dijo Joly.
La administración canadiense también acusó a Irán de vender drones a Rusia y entrenar a soldados del contingente invasor en Ucrania, lo que Teherán ha negado.
Amini, de 22 años, murió bajo custodia policial el 16 de septiembre después de su arresto en Teherán por la supuesta violación de las estrictas reglas de vestimenta de las mujeres de Irán, lo que provocó una ola de disturbios y la inmediata represión estatal.
AFP