El 28% de los europeos no tienen los medios económicos suficientes para pasar una semana de vacaciones lejos de su casa, un porcentaje que aumenta al 60% entre los trabajadores pobres, según un estudio de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) publicado el lunes.
Entre los trabajadores pobres, cuyos ingresos son inferiores al umbral de pobreza, es decir, menos del 60% del ingreso mediano, Grecia presenta la situación más complicada, con 88,9% de las personas en riesgo de pobreza que no se pueden permitir vacaciones, apunta la Confederación Europea.
Le siguen Rumanía (86,8%), Croacia (84,7%), Chipre (79,2%) y Eslovaquia (76,1%), indicó el CES en un comunicado.
Las desigualdades en materia de vacaciones entre los trabajadores más pobres y el resto «aumentaron en 16 Estados miembros durante la última década», afirma la organización, que trabaja con datos de Eurostat.
Las diferencias más importantes en el acceso a las vacaciones entre los trabajadores cuyos ingresos son inferiores al ingreso mediano y el resto se encuentran en Croacia, Grecia, Bulgaria, República Checa, Francia y Rumanía.
El crecimiento de la desigualdad «muestro que los beneficios del crecimiento económico en Europa en la última década no fueron distribuidos de manera equitativa», explicó la secretaria general adjunta de la CES, Esther Lynch.
La CES milita para reforzar la propuesta de directiva europea destinada a mejorar los salarios bajos en la UE, que será examinada por el Parlamento europeo después de verano. Esta confederación sindical pide que se introduzca un «umbral de dignidad» que garantice que los salarios mínimos legales no puedan nunca ser inferiores al 60% del salario mediano y al 50% del salario medio en los Estados miembros de la Unión.
Actualmente, 17 Estados miembros de la UE tienen un salario mínimo legal inferior al 60% al salario mediano nacional, señaló Lynch.
La propuesta de directiva europea prevé reglas restrictivas para los 21 países de la Unión Europea que tienen ya un salario mínimo con el objetivo de favorecer su aumento, pero no fija un umbral mínimo uniforme a nivel europeo.
No obliga tampoco a introducir un salario mínimo en los seis países que no lo aplican: Austria, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Italia y Suecia.
La CES representa a 45 millones de adherentes de 89 organizaciones sindicales nacionales de 39 países europeos, así como a diez federaciones sindicales europeas.