Una decena de ministros del gobierno de Jair Bolsonaro dejaron el cargo para disputar las elecciones de octubre, entre ellos el de Defensa, posible compañero de fórmula del mandatario brasileño.
Bolsonaro deseó suerte a sus ministros salientes (10 de 23), aspirantes principalmente a cargos de gobernador o parlamentario y, con retórica de campaña, repitió que este año «no hay una pelea entre la izquierda y la derecha, sino entre el bien y el mal, y el bien va a vencer».
Los titulares «salen hoy con la cabeza erguida. Es obvio que van a disputar un cargo electivo. Tienen que ir a hablar a sus estados y no van a recibir críticas por corrupción», dijo el ultraderechista, en una ceremonia en el palacio del Planalto.
Dejaron sus cargos, entre otros, el ministro Walter Souza Braga Netto (Defensa), apuntado por Bolsonaro como su posible candidato a vicepresidente en búsqueda de la reelección; Tarcísio de Freitas (Infraestructura), que se presentaría a la gobernación de Sao Paulo; Tereza Cristina (Agricultura), que buscaría un lugar en el Senado por el estado de Mato Grosso del Sur; y Rogerio Marinho (Desarrollo Regional), probable candidato a senador por Rio Grande del Norte.
Braga Netto fue nombrado asesor especial del gabinete personal de Presidencia, cargo que no le requerirá dejar el ejecutivo inmediatamente.
En Defensa fue remplazado por el general Paulo Sérgio Nogueira, hasta el jueves comandante del Ejército, según fue publicado en el Diario Oficial.
El resto de los ministerios fueron asumidos por funcionarios de bajo perfil público, que ya estaban en el organigrama de las carteras o en áreas afines.
El plazo para que ministros que desean ser candidatos dejen sus cargos vence el sábado, según la ley electoral.
La primera vuelta de las elecciones, en la que además de presidente los brasileños elegirán gobernadores, diputados y renovarán un tercio del Senado, está prevista para el 2 de octubre.
Las encuestas muestran un escenario polarizado entre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas, y el actual mandatario, quienes se encaminarían a un balotaje.
Bolsonaro aprovechó el discurso del jueves para elogiar de nuevo la última dictadura militar brasileña (1964-1985), coincidiendo con el 58 aniversario del golpe.
El ultraderechista aseguró que durante la dictadura «todos tenían derecho de ir y venir, de estudiar, de trabajar» y dijo que sin la gestión del gobierno militar ahora «Brasil sería una republiqueta». También destacó «obras fantásticas» en ese período.
Además volvió a sembrar dudas sobre la confiabilidad de la urna electrónica en Brasil: «Tenemos la obligación de exigir a las autoridades la certeza en la transparencia del voto, porque el voto es el alma de la democracia», dijo.
AFP.