El papa Francisco dedicó este domingo su oración a las víctimas de la estampida en Seúl, la capital surcoreana, que dejó más de 150 muertos durante una celebración de Halloween.
Después de su tradicional oración del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, el pontífice pidió a los fieles que rezaran para las personas, especialmente jóvenes, «que murieron la víspera en Seúl, la consecuencia trágica de la repentina estampida de la multitud».
La noche del sábado, al menos 153 personas murieron en una estampida de miles de jóvenes que celebraban Halloween en las estrechas calles de un barrio del centro de Seúl, en lo que es una de las peores tragedias del país que el presidente prometió este domingo se investigará a fondo.
La aglomeración y estampida ocurrieron en el popular distrito capitalino de Itaewon, donde medios locales indican que hasta 100.000 personas -la mayoría adolescentes y veinteañeros- llegaron la noche del sábado, colmando sus callejones y calles sinuosas, en la primera gran fiesta en Seúl tras la pandemia.
AFP.