Las fuerzas de seguridad iraníes atacaron de madrugada un hospital y una residencia universitaria en el oeste del país, según informaron activistas, en momentos en que el movimiento de protesta en Irán entra en su séptima semana.
La República Islámica es escenario de una ola de protestas desde el 16 de septiembre, a raíz de la muerte de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años que falleció tres días después de haber sido detenida en Teherán por la policía de la moral, que le reprochaba haber infringido el estricto código de vestimenta en Irán.
Al lema inicial de «Mujer, Vida, Libertad» se fueron añadiendo, en manifestaciones duramente reprimidas, consignas abiertamente dirigidas contra la República Islámica fundada en 1979.
Los estudiantes se sumaron a las protestas el sábado, día del inicio de la semana laboral en Irán, en los campus de Teherán, Kerman (en el sur del país) y Kermanshah (oeste), entre otras ciudades, según mostraron videos.
«¡Sinvergüenzas, sinvergüenzas!», gritaban los estudiantes mientras se enfrentaban al personal de seguridad en la universidad en Ahvaz, en el sur de Irán, según un video divulgado por la red social 1500tasvir.
Los estudiantes acudieron a protestar pese a que el general Hosein Salami, jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, había advertido: «¡No bajen a las calles! Hoy es el último día de los disturbios».
El sábado de madrugada, las fuerzas de seguridad habían disparado contra decenas de manifestantes reunidos frente a un hospital para «proteger» a un manifestantes herido, amenazado de detención por las autoridades, destacó el grupo de defensa de los derechos humanos Hengaw en Twitter.
«Las fuerzas represivas abrieron fuego contra las personas reunidas frente al hospital Kowsar para proteger a Ashkan Mrwati», escribió el grupo, radicado en Noruega.
«Estas fuerzas intentan detener a Ashkan Mrwati, que está herido», añadió Hengaw, publicando una foto del manifestante tumbado en una camilla.
– Disparos contra una residencia –
Según la misma fuente, las fuerzas de seguridad «dispararon luego contra una residencia de estudiantes de medicina» cerca del hospital Kowsar.
Un video publicado en línea, verificado por la AFP, muestra a decenas de policías llegando en motocicletas, y luego abriendo fuego contra la residencia de la universidad de Ciencias Médicas de Kurdistán.
Varios académicos se manifestaron el sábado en diferentes ciudades de Irán, incluyendo la capital, Teherán, según videos ampliamente compartidos en las redes sociales.
Según Hengaw, las fuerzas de seguridad dispararon contra una manifestación de estudiantes en Kermanshah, alegando que dos se encontraban en estado crítico.
Por su parte, la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo, reportó que la represión de las protestas provocadas por la muerte de Mahsa Amini ha causado hasta la fecha al menos 160 muertos, entre ellos unos 20 niños.
Además, 93 personas han muerto en manifestaciones, convocadas por otro motivo, en la ciudad de Zahedán, provincia de Sistán Baluchistán (sudeste). Esas protestas comenzaron el 30 de septiembre, a raíz de la supuesta violación de una joven, presuntamente cometida por un policía, según IHR.
El viernes, el director de esa oenegé, Mahmood Amiry-Moghaddam, instó a la ONU a «aumentar la presión diplomática sobre Irán y a establecer un mecanismo de investigación para juzgar a los responsables» de la represión.
«El riesgo de una masacre es real y las Naciones Unidas deben garantizar que esto no ocurra», destacó.
Por su parte, los dirigentes iraníes siguieron señalando con el dedo a los «enemigos» de Irán.
En un comunicado conjunto, el Ministerio de Inteligencia y los Guardianes de la Revolución acusaron el viernes a la CIA, la agencia de inteligencia estadounidense, y sus «aliados de Gran Bretaña, Israel y Arabia Saudita» de «conspirar» contra la República Islámica.
El sábado, en Shiraz (sur), durante los funerales de las 15 víctimas de un atentado del miércoles reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico contra un santuario chiita, una multitud cantó consignas contra los «disturbios», en alusión a las protestas desencadenadas tras la muerte de Mahsa Amini.
AFP.