El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, extendió por otros 30 días el estado de excepción que rige en la costera ciudad de Guayaquil (suroeste), una de las más golpeadas por el narcotráfico y la violencia, informó este martes la Secretaría de Comunicación.
La medida inicial fue tomada el 14 de agosto luego de que una explosión atribuida al crimen organizado matara a cinco personas en un barrio popular de la ciudad.
La ampliación del estado de excepción «busca intensificar las tareas de seguridad para precautelar el bienestar de la ciudadanía», señaló la cartera en un comunicado.
Con unos 2,8 millones de habitantes, el puerto de Guayaquil es considerado por las autoridades como «la zona de mayor cometimiento de homicidios intencionales» en el país, con un 32,5% de los casos.
Entre enero y agosto 861 personas fueron asesinadas en esa ciudad, eje económico de la nación.
La violencia se extiende hasta las cárceles, donde desde febrero de 2021 se han producido siete matanzas con cerca de 400 reos muertos. Varias de las masacres han ocurrido en el complejo penitenciario ubicado en el puerto.
La renovación del estado de excepción mantiene los mismos términos que la medida de agosto, cuando se suspendió en el Distrito Metropolitano de Guayaquil (que incluye a las vecinas Durán y Samborondón) los derechos a la libertad de asociación y a la inviolabilidad de domicilio.
El nuevo decreto firmado por Lasso señala que los operativos militares y policiales realizados en el marco del estado de excepción «presentan resultados positivos».
De acuerdo con el gobierno, en los últimos 30 días se redujo el robo a domicilios y personas, no así los homicidios intencionales.
Según el balance, los operativos dejan 21 bandas desarticuladas, seis toneladas de droga incautadas y 627 detenidos.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador ha decomisado en el primer semestre de este año cerca de 140 toneladas de droga.
El otrora pacífico país encara el aumento de la violencia ligada al narcotráfico. El año pasado la nación, con 18 millones de habitantes, cerró con una tasa de 14 asesinatos por cada 100.000 personas, casi el doble que en 2020.
AFP.