Representantes indígenas de la etnia Yanomani, una de las más afectadas en la Amazonía brasileña por la pandemia, a lanzado una campaña mundial para expulsar a millares de “garimpeiros”, que a través de la minería ilegal, están acabando con la selva amazónica y con sus pueblos al propagar el COVID-19 en sus aldeas.
Los indígenas buscan evitar que el 40 % de su población termine infectada por el coronavirus con las actividades que a diario realizan los casi 20.000 mineros ilegales identificados en sus territorios.
La campaña #ForaGarimpo#ForaCovid busca conseguir 100.000 firmas para que el Gobierno de Jair Bolsonaro expulse a los extractivistas ilegales de su región y con ello se ponga freno a la propagación de la pandemia en el territori yanomani, el más vulnerable con el COVID-19 en la Amazonía.
Los yanomanis, una de las etnias más numerosas de Brasil, llevan más de tres décadas de lucha tras ser invadidos en 1987 por los “garimpeiros” (buscadores de oro).
Destacan además que en los siete años siguientes a la invasión esta tribu perdió una quinta parte de su población por culpa de la minería ilegal, una actividad avalada por el presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien busca legalizar esta labor para llevar el “progreso” a los territorios indígenas del país.
La tierra yanomami es la mayor reserva de los pueblos ancestrales de Brasil y cuenta con 9,6 millones de hectáreas repartidas entre los estados amazónicos de Roraima y Amazonas (norte del país).
Se calcula que allí hay unos 20.000 garimpeiros ilegales, actividad que, según las organizaciones ecologistas, han aumentado por la reducción de la fiscalización en la región y el discurso del presidente Bolsonaro.