A partir de octubre de 2025, todos los turistas que ingresen a la Unión Europea deberán proporcionar sus datos biométricos como parte del nuevo Sistema de Entradas y Salidas (EES), una base de datos diseñada para reforzar la seguridad fronteriza y agilizar los controles migratorios.
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El proceso incluirá la toma de huellas dactilares, excepto para menores de 12 años, así como una fotografía digital tipo pasaporte. Además, se registrarán datos personales como nombre, nacionalidad y detalles del pasaporte.
El sistema EES, aprobado en 2017, había enfrentado múltiples retrasos en su implementación. Sin embargo, entrará en funcionamiento en octubre de 2025 y estará activo en todos las naciones de espacio Schengen y viajeros procedentes de países de América, como Estados Unidos, Argentina, Chile, Colombia, México, Panamá y Venezuela, entre otros.
La información biométrica recolectada se almacenará durante cinco años, lo que permitirá a los turistas evitar repetir el procedimiento en cada viaje dentro de ese período.
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La nueva normativa será obligatoria para todos los visitantes extranjeros, especialmente a los ciudadanos de países que requieren visa para ingresar a Europa.