Los disturbios en Kazajistán causaron 164 muertes y unos 2.000 heridos, en tanto las autoridades anunciaron este domingo haber arrestado a casi 8.000 personas vinculadas a estas sangrientas revueltas que han sacudido durante toda la semana al país más grande de Asia central.
Las cifras no pudieron ser confirmadas por una fuente independiente, pero 103 de las muertes se habrían registrado en Almaty, capital económica, según informaron varios medios, citando al ministerio de Salud.
El balance se ha agravado: hasta entonces, fuentes oficiales habían indicado que murieron 26 manifestantes («delincuentes armados» los denomina) y 16 miembros de las fuerzas de seguridad.
El domingo por la tarde, el comunicado desapareció del canal de Telegram del gobierno y el Ministerio de Salud indicó a los medios kazajos y rusos que la información había sido publicada por error.
Sin embargo, no se produjo ningún desmentido de la información ni se aportaron nuevas cifras.
«Intento de golpe de Estado», según el presidente
El presidente de Kazakistán, Kassym Jomart Tokayev, aseguró que los sangrientos disturbios que sacudieron al país fueron un «intento de golpe de Estado» por parte de «combatientes armados»», y afirmó que sus fuerzas «nunca» dispararían contra manifestantes pacíficos.
«Grupos de combatientes armados que esperaban su momento entraron en acción. Su objetivo principal apareció con claridad (…) Se trataba de un intento de golpe de Estado», indicó Tokayev durante una reunión por videoconferencia con su homólogo ruso Vladimir Putin y otros jefes de Estado aliados.
Durante ese encuentro, indicó que la misión militar liderada por Moscú en el país terminará «pronto» para ayudar el gobierno kazajo a poner freno a los disturbios que comenzaron el domingo pasado en varias provincias a causa del aumento de los precios del gas, y luego se extendió a las grandes ciudades, incluida Almaty, donde la policía disparó balas reales contra los manifestantes.
Con información de AFP.