Miles de curiosos se acercaron a contemplar la lava que desde hace una semana emana de un volcán en Islandia, a pesar de tener que caminar horas por escarpados senderos.
Responsables del turismo de la isla afirman que cerca de 23.000 personas se acercaron a contemplar la erupción del volcán del valle de Meradalir, a unos 40 kilómetros de la capital.
El volcán entró en erupción el 3 de agosto y, desde entonces, la situación se mantiene estable, según el servicio meteorológico islandés.
«Llevamos aquí unas tres o cuatro horas y no nos aburrimos, está todo el rato cambiando», explica Jean-Paul Couturier, un jubilado francés que está de vacaciones en Islandia.
Para acceder al recién formado cráter hay que caminar 14 kilómetros por un terreno complicado, con 300 metros de desnivel positivo. La ruta se puede completar en dos horas.
Y ni los fuertes vientos ni la lluvia han disuadido a los curiosos, bien equipados con palos y botas de montaña, y ropa de lluvia.
Solo el miércoles (cuando las autoridades reabrieron la zona tras tres días de cierre) más de 4.600 personas asistieron a las espectaculares imágenes de la expulsión de lava.
El volcán se encuentran en el valle de Meradalir, una zona deshabitada que no atrae en tiempos normales a muchos turistas.
Islandia, llamada también «la tierra del hielo y el fuego», tiene 32 sistemas de volcanes activos actualmente, la mayor cifra de Europa.
De media se da una erupción cada cinco años.
El año pasado, el cercano volcán Fagradalsfjall estuvo arrojando lava durante seis meses, en lo que supone la erupción más larga de los últimos 50 años.
«Ver la roca ardiendo salir de la tierra es de verdad la cosa más impresionante que vas a ver», afirma el turista estadounidense James Maniscalco.
Para el turista francés Clemence Ernoult, la experiencia fue tan increíble como parece: «Ves la fuerza de la naturaleza».
«Es algo que probablemente solo verás una vez en tu vida».
AFP