La nube de ceniza que escupe el volcán Cumbre Vieja de La Palma obligó este sábado a cancelar la mayoría de vuelos previstos en el aeropuerto de esta isla española, que por ahora continúa abierto, mientras la erupción iniciada hace casi un mes no da signos de remisión.
Tras suspender sus vuelos de la mañana, la compañía aérea Binter comunicó finalmente que “la evolución de la nube de ceniza procedente de la erupción volcánica de La Palma obliga a mantener el cese temporal de los vuelos con la isla hasta mañana domingo”, en un comunicado publicado en su página web.
La gestora de los aeropuertos españoles AENA mantiene, sin embargo, operativo el de La Palma, según fuentes de la compañía, aunque 30 de los 34 vuelos previstos para el sábado fueron cancelados.
No es la primera vez que las conexiones aéreas con esta isla del archipiélago atlántico de Canarias -situado frente a Marruecos, al sudeste de España- se ven afectadas desde el Cumbre Vieja entró en erupción el domingo 19 de septiembre.
Además de las suspensiones, el aeropuerto de La Palma debió cerrar completamente en dos oportunidades por las complicadas condiciones.
La erupción en esta pequeña isla de 85.000 habitantes, la primera en 50 años, no ha causado ninguna víctima, pero sí ha dejado graves daños y provocado la evacuación de alrededor de 7.000 personas, algunas de las cuales perdieron todas sus pertenencias bajo la lava.
Las coladas de magma ardiente han arrasado 736 hectáreas y han destruido 1.826 edificios, no todos viviendas, según el último recuento del sistema de medida geoespacial Copernicus. Y la actividad sísmica no da signos de retracción.