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Obispo y Nobel de la Paz de Timor Oriental sancionado por abuso sexual de menores

El Vaticano confirmó este jueves las sanciones contra el obispo Carlos Belo, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1996 e importante figura en la lucha por la liberación de Timor Oriental, acusado de haber abusado sexualmente durante décadas de menores.

La Santa Sede, que empezó a seguir el caso «por primera vez en 2019», impuso sanciones disciplinarias contra el obispo Belo en septiembre de 2020, según precisó este jueves el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

Al obispo salesiano, de 74 años, que tuvo un destacado papel en la defensa de los derechos humanos en la otrora colonia de Indonesia, le fue prohibido el ejercicio de su ministerio y debe residir fuera de Timor Oriental, país del que tuvo que salir hace 20 años después de las primeras denuncias de abusos sexuales.

Entre las sanciones tomadas hace dos años por el Vaticano figuran «limitaciones a sus movimientos y al ejercicio de su ministerio, la prohibición de contactos voluntarios con menores y con Timor Oriental», precisó en un comunicado el vocero papal.

«En noviembre de 2021, esas medidas fueron modificadas y reforzadas», aseguró Bruni.

El vocero papal intervino este jueves tras la publicación de una investigación del semanario holandés De Groene Amsterdammer, en la que denuncia las agresiones sexuales y violaciones a jóvenes adolescentes cometidas por el prelado en la década de 1990, con varios testimonios que las respaldan.

«El obispo me violó y agredió sexualmente una noche. En la mañana se despidió (…) Y me dejó algo de dinero. Era para que callara», relata una víctima, actualmente de 45 años, citada por la revista.

Belo, contactado por el semanario, no respondió a sus solicitudes.

Ganador del Premio Nobel de la Paz en 1996, el obispo fue administrador apostólico de Dili, capital de Timor Oriental, de 1983 hasta 2002, cuando presentó su renuncia al papa Juan Pablo II alegando motivos de salud.

Figura muy respetada en su país, fue clave para la pacificación tras la independencia en 2002 después de más de cuatro siglos de colonización portuguesa y 25 años de ocupación por parte de Indonesia (1975-1999).

Según De Groene Amsterdammer, la iglesia católica local, muy influyente, estaba al tanto del comportamiento del obispo Belo, pero mantuvo el silencio para evitar el escándalo.

La actitud del Vaticano sobre los abusos sexuales cometidos por religiosos ha cambiado en los últimos años y ha adoptado una política de «tolerancia cero» ante ese fenómeno que la ha desacreditado notablemente en todo el mundo.

AFP