La recuperación de Birmania (Myanmar) tras el terremoto de magnitud 7,7 ocurrido el pasado 28 de marzo será compleja, especialmente en las zonas donde los servicios de salud colapsaron y los mercados locales han quedado severamente afectados.
Así lo advirtió este martes Titon Mitra, representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el país.
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Mitra señaló que los hospitales no tienen capacidad para atender la alta demanda de pacientes, y alertó sobre la escasez crítica de medicinas y equipos médicos. Además, indicó que existe un alto riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua, debido al daño sufrido por los sistemas de almacenamiento y suministro.
“El sistema sanitario está completamente sobrepasado. Las condiciones actuales representan un riesgo adicional para la población afectada”, precisó Mitra durante una rueda de prensa.
En ciudades como Mandalay y Sagaing, el sismo destruyó o dañó cerca del 50 % de las edificaciones, según datos proporcionados por el PNUD. Además, casi el 20 % de los campos agrícolas del país ya habían sido destruidos por el conflicto interno.
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La agencia de la ONU informó que ya colabora con otros actores en las labores de remoción de escombros. Mitra recordó que este desastre podría considerarse el segundo más grave sufrido por Birmania desde 1900, solo superado por el ciclón Nargis de 2008.