El Parlamento del régimen de Nicaragua, controlado por el Frente Sandinista, aprobó este viernes una reforma constitucional que incrementa significativamente las facultades del Ejecutivo, extiende el período presidencial a seis años y crea los cargos de copresidente y copresidenta.
La reforma, enviada al Congreso con «carácter de urgencia» por Daniel Ortega, fue aprobada en primera legislatura con el respaldo de la mayoría oficialista.
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Entre los puntos más relevantes se incluye la ampliación del mandato presidencial y de los diputados de la Asamblea Nacional de cinco a seis años. También se introduce la figura de copresidente y copresidenta, cargo que fortalece el papel de Rosario Murillo, esposa de Ortega y actual vicepresidenta. Ortega ha reiterado en varias ocasiones que Murillo comparte el mismo nivel de poder que él en el Ejecutivo.
Otro cambio significativo es el refuerzo del control estatal sobre los medios de comunicación, con disposiciones para evitar su «sometimiento a intereses extranjeros» y sancionar la divulgación de «noticias falsas», medidas ya contempladas en la «Ley de Ciberdelitos» vigente desde 2020.
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La reforma también faculta al Ejecutivo para ordenar la intervención del Ejército en apoyo a la Policía Nacional cuando lo considere necesario para la «estabilidad de la República».
Además, permite a policías y militares ocupar cargos temporales en el ámbito Ejecutivo y formalizar la creación de la Policía Voluntaria, surgida tras las protestas de 2018, mayoritariamente integrada por exmilitares de la revolución sandinista.
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La oposición calificó la reforma como una consolidación del «poder absoluto» de Ortega y Murillo, mientras que la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció que estas modificaciones buscan «incrementar el control total del Estado y perpetuar a la pareja presidencial en el poder».