Durante la noche del viernes, 5 de abril, la tranquilidad en la embajada de México en Quito se vio abruptamente interrumpida cuando la policía ecuatoriana ingresó y detuvo al exvicepresidente Jorge Glas, quien había recibido refugio en la sede diplomática desde diciembre del año pasado. Este controvertido acto ha desencadenado una ruptura de relaciones entre ambos países, generando un escenario de tensión diplomática sin precedentes.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa ha sido uno de los actores más vocales frente a esta situación, arremetiendo contra el actual mandatario, Daniel Noboa, acusándolo de violar el derecho internacional y la ley ecuatoriana. Correa citó específicamente el artículo 481 del Código Orgánico Integral Penal (COIP), que establece protocolos para allanamientos en misiones diplomáticas, y denunció la acción como un atropello a las normativas internacionales.
En sus declaraciones, Correa no escatimó en críticas, señalando que el gobierno de Noboa ha sumido a Ecuador en un estado de barbarie y arbitrariedad. Hizo hincapié en que ni siquiera en las peores dictaduras latinoamericanas se ha violado la embajada de un país, calificando la situación como un quiebre del Estado de derecho.
Noboa no solo destrozó el derecho internacional, también lo hizo con la ley ecuatoriana, art. 482 COIP.
Convirtieron a Ecuador en el país de la barbarie y lo arbitrario.#LosCorruptosSiempreFueronEllos pic.twitter.com/YOCy8WnCjr— Rafael Correa (@MashiRafael) April 6, 2024
El expresidente Correa también responsabilizó al gobierno de Noboa de la seguridad y la integridad física y psicológica de Jorge Glas, cuya detención ha provocado una ola de indignación tanto en Ecuador como en México.
En este contexto de tensión diplomática, las disculpas y muestras de solidaridad hacia México han sido constantes por parte de diversos sectores en Ecuador, reconociendo la gravedad del incidente y manifestando admiración hacia el pueblo y el gobierno mexicano.
La detención de Jorge Glas en la embajada mexicana en Quito ha desatado una crisis diplomática de dimensiones considerables, poniendo en tela de juicio la relación entre Ecuador y México y levantando serias interrogantes sobre el respeto a las normativas internacionales y los derechos humanos en el país sudamericano.
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