Conservador y derechista, Rodrigo Chaves entró a la política como un bólido. A alta velocidad eludió cuestionamientos de acoso sexual, cautivó a los descontentos con sus credenciales en economía y se convirtió en el presidente número 49 de la historia republicana de Costa Rica.
Asegura que asume el cargo con «humildad» y «responsabilidad» y promete «un gobierno justo, honesto y transparente, va a ser la mejor gestión de todas».
Con una agrupación totalmente nueva, Partido Progreso Social Democrático (PPSD), y siendo tenuemente recordado por sus 180 días como ministro de Hacienda entre 2019 y 2020, su nombre no estaba en el radar de muchos.
Incluso había quedado segundo en la primera ronda, 11 puntos porcentuales abajo. Sin embargo, tras una campaña de ataques mutuos con su rival, el centrista José María Figueres, los señalamientos de corrupción contra este último pesaron más.
«Parecía que las acusaciones de acoso le hacían menos daño a Chaves que las de corrupción a Figueres», dijo a la AFP Alejandro Molina, del Observatorio de la Política Nacional de la Universidad de Costa Rica.
Con base en sus 30 años dentro del Banco Mundial y su doctorado en Economía de la Universidad Estatal de Ohio y Harvard, ahora deberá sacar a esta nación de una severa crisis económica, política y social.
Costa Rica actualmente posee una deuda de unos de unos 42.436 millones de dólares que representa el 70% de su PIB, la cuarta más alta de América Latina, con altos índices de pobreza (23%) y desempleo (14%).
Chaves obtuvo más del 52% de los votos frente a su rival Figueres en el balotaje del 3 de abril, en una campaña llena de enfrentamientos que lo presentaron como franco y directo para unos y prepotente y confrontativo para otros.
– Acoso sexual –
Fue precisamente del Banco Mundial, su mayor credencial profesional, de donde salieron la mayoría de cuestionamientos sobre su proceder.
Este hombre de aproximadamente 1,85 m de estatura y cabello entrecano, carga con una sanción en ese organismo multilateral por acoso sexual, ante conductas impropias entre 2008 y 2013 con dos jóvenes subalternas.
«Rodrigo Chaves representa un perfil de hombre y de ejercicio en el poder más común de lo que creemos en Costa Rica y en el mundo entero», indicó a la AFP la analista política Gina Sibaja.
Chaves fue sancionado en octubre de 2019 con un descenso a un puesto sin personas a cargo y la imposibilidad de un aumento de salario por tres años. Renunció aproximadamente un mes después.
Su defensa fue señalar que sus actitudes fueron «bromas» y «malinterpretaciones ante diferencias culturales».
«Yo tengo una esposa, seis hermanas, ocho tías y dos hijas, tengo un profundo respeto por todas las mujeres», le dijo a la AFP en febrero, previo a la primera ronda de las elecciones.
Pocos días antes de asumir la presidencia, ofreció «disculpas» a las agraviadas.
El 28 de marzo, el Wall Street Journal insistió en que Chaves mantuvo sus conductas inapropiadas con personal en Indonesia entre 2018 y 2019, cuando dirigía dicha sede.
La publicación menciona que no obtuvo un puesto en Brasil porque trabajadores en ese país se negaron a su llegada, debido a su reputación.
También ha sido cuestionado por presuntamente pagar gastos de campaña desde cuentas bancarias no declaradas oficialmente, algo que él niega.
«Nos preocupa que alguien así llegue al poder y se normalicen aún más las conductas de acoso y violencia hacia a la mujer» de parte de sus simpatizantes, comentó Rocío Jiménez, miembro del colectivo feminista Chicas al frente.
AFP