El colorido trazo del valenciano Ángel Alberto Orama Rodríguez es tan venezolano como el deseo de regresar del exilio de millones de connacionales regados por el mundo. Ángel es diseñador industrial de formación, pero siempre apuntó hacia el arte y la pintura, según lo reseñó El Pitazo.
Comenzó de lleno en los ’90 haciendo graffitis urbanos y murales por toda Venezuela bajo el auspicio de la empresa Construcentro, donde trabajó y se formó en el área de almacén e inventario por al menos 5 años, y Deco Spray, la marca de sprays que para esos años utilizaba.
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Orama también desarrolló experiencia pintando cuadros para personas que admiraban su arte, pero que no querían graffitis. «Así comencé, con eso de la mano hasta aproximadamente el año 2001», recuerda a Crónicas de Chile.
Su principal pausa artística se debió a una etapa laboral más formal en el área de inventario y manejando el sistema SAP para la empresa Pinturas Montana hasta 2004, cuando lo llamaron para trabajar en Locatel en el área de almacén, inventario y también bajo el manejo de SAP.
Agregó: «hice uno que otro trabajo de arte esporádicamente durante esos años, pero estaba enfocado en mi trabajo, que para entonces me llenaba de satisfacción y me iba bien monetariamente».
«Me daba resultados trabajar en Locatel de lunes a viernes y los fines de semana dedicarme a la pintura o al softbol que también me apasionaba», detalla quien trabajó por 14 años en esa empresa.
Fue en 2013 cuando su arte marcó un antes y un después de pintar un vaso térmico Contigo deteriorado y rayado.
«Me lo dieron para que lo pintara. Eso fue una absoluta buena idea. Cuando lo veían la gente comenzó a pedírmelos y allí comenzó a andar mi emprendimiento, siempre haciendo las dos cosas: trabajo en Locatel y vasos, cuadros y piezas para intervenirlas con mi arte».
La fama de Orama se disparó en 2017, luego de pintarle un vaso al influencer Javier Hala Madrid y éste subió la imagen a Instagram. Se acostó ese día con poco más de 2.500 seguidores y amaneció con 11.500.
«Fue una locura, literalmente. Mensajes de personas de todo el mundo. Venezolanos regados por el planeta pidiendo precio y envíos. Tanto así que hoy hay al menos un vaso personalizado pintado por mi en cada continente, un logro y una satisfacción personal muy significativa»., afirmó según El Pitazo.
Así, por el desfase de los ingresos, en octubre de 2017 Ángel decidió abandonar Locatel y dedicarse por entero a los vasos y cuadros. La situación en Venezuela empeoraba y se hacía demasiado cuesta arriba conseguir los insumos que necesitaba para pintar.
Con información de El Pitazo