El cofundador de FTX, Sam Bankman-Fried, llegó a Estados Unidos bajo custodia del FBI tras su extradición de Bahamas por cargos de fraude vinculados al colapso de la plataforma de intercambio de criptomonedas, señalaron los medios estadounidenses.
Su empresa de intercambio de monedas virtuales y la casa comercial hermana, Alameda Research, se declararon el mes pasado en bancarrota, derrumbando un negocio que había sido valorado por el mercado en 32.000 millones de dólares.
Los fiscales federales de Nueva York acusaron al empresario de 30 años, otrora niño prodigio de las criptomonedas, de engañar a los inversores y abusar de los fondos de clientes de FTX y Alameda Research.
El fiscal federal estadounidense Damian Williams había anunciado en la noche del miércoles que el FBI ya lo tenía bajo custodia y que lo transportaría «directamente al Distrito Sur de Nueva York».
El avión donde viajaba aterrizó en la noche del miércoles, indicaron los medios estadounidenses.
Previamente, en Bahamas, sede de FTX, el ministro de Relaciones Exteriores, Frederick Mitchell, había firmado una orden de entrega de Bankman-Fried a Estados Unidos en virtud de un tratado de extradición bilateral.
El empresario había renunciado a su derecho de impugnar la extradición, según había indicado el fiscal general, Ryan Piner.
La decisión se tomó nueve días después de que fuera arrestado en su lujoso apartamento de Nassau a pedido de Estados Unidos.
Los fiscales federales de Nueva York anunciaron entonces que acusaban al empresario una acusación de ocho cargos, entre ellos conspiración, fraude electrónico, lavado de dinero y violaciones a la ley de financiamiento electoral.
Bankman-Fried «estuvo orquestando durante años un fraude masivo, desviando miles de millones de dólares de los fondos de los clientes de la plataforma comercial para su propio beneficio personal y para ayudar a hacer crecer su criptoimperio», aseguraron.
Cinco de los ocho delitos imputados a Bankman-Fried comportan un máximo de 20 años de prisión cada uno.
El regulador estadounidense del mercado de valores, la SEC, lo acusó a su vez de violar leyes de seguridad.
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El fiscal William indicó que dos figuras claves en este caso –la directora ejecutiva de Alameda Research, Caroline Ellison, y el cofundador de FTX, Gary Wang– se declararon culpables de los delitos que se les imputan y están cooperando con las autoridades.
Los cargos estaban «conectados con sus papeles en los fraudes que contribuyeron al colapso de FTX», dijo sin dar más detalles.
En paralelo, la SEC y la Comisión de Negociación del Mercado de Futuros (CFTC) anunciaron el miércoles la interposición de querellas civiles contra Ellison y Wong y aseguraron que también cooperaban con ellos.
La CFTC estima que 8.000 millones de dólares de fondos de los clientes fueron malversados por FTX.
Después de su fundación en 2019, FTX se erigió como un actor clave en el mundo de las criptomonedas.
Bankman-Fried aparecía en portadas de revistas de finanzas y tecnología y recibía enormes inversiones de importantes accionistas y gestores de fondos.
También se codeó con los políticos, convirtiéndose en portavoz para la industria en cuestiones regulatorias en Washington y contribuyó en decenas de millones de dólares a campañas republicanas y demócratas.
Pero todo implosionó en noviembre cuando un artículo indicó que los balances de Alameda se sostenían principalmente en una criptomoneda creada por FTX, que no tenía ningún valor independiente.
AFP.