Cargill es una empresa multinacional productora de alimentos que operó en Venezuela durante 34 años, hasta que el chavismo lo permitió.
Desde sus inicios en Venezuela, en 1986, Cargill se convirtió en una empresa de suma importancia en la producción de alimentos en el país y es que, gracias a sus inversiones, proveía a la nación de harina de trigo, pastas alimenticias, aceites comestibles, grasas vegetales, sal y hasta alimentación animal.
Cargill adquirió varias empresas que ya tenían operaciones en el país y las reformuló para aumentar la producción de alimentos, de esa manera se aseguró que en el país no hicieran falta alimentos y se mantuviera una sana competencia de libre mercado.
Durante los 34 años que Cargill operó en Venezuela consolidó empresas como Mimesa, La Torre del Oro, Vatel, Los tres Cochinitos, Gramoven, Molinarca y muchas otras más, asegurándose de que las plantas productoras de estas compañías se mantuvieran operativas.
Sin embargo, ni el más fuerte es capaz de soportar la grave crisis económica que padece Venezuela ni las amenazas del gobierno de Nicolás Maduro contra la empresa privada del país.
Es por eso que en noviembre del 2020, se unió al grupo de empresas como Kellogg’s (2018), Goodyear (2018) o Kimberly-Clark (2016) y, finalmente anunció la venta de sus activos en Venezuela a un grupo de inversionistas internacionales y nacionales. La entrega efectiva de toda la empresa se hará en el mes de Octubre del 2021.
Se trata de un grupo de inversores representado por el fondo Phoenix Global Investment y el Grupo Puig, tal como lo informó la empresa en un comunicado.
Cargill es la refinadora de aceite vegetal más importante del país y de ella depende todo ese sector que utiliza aceites comestibles en el país. Ahora pasa a manos sin experiencia alguna en este rubro, dejando al país en una situación de incertidumbre. ¿Quiénes serán sus aliados?, ¿Quién verdaderamente está detrás del grupo comprador?
Incertidumbre
Sin embargo, llama la atención y es realmente preocupante lo que revelan algunas fuentes: el hombre detrás de este fondo de inversiones es un chileno llamado Isidoro Quiroga, un hombre que hasta la fecha permaneció en sombras, pero que durante los últimos años ha tomado bajo su poder varias empresas expropiadas por el gobierno chavista con el beneplácito de Nicolás Maduro y la cúpula que gobierna Venezuela.
Desde el anuncio de Cargill no se conoce más información al respecto, se desconoce si sus plantas están operativas o si la producción de alimentos continúa bajo el nuevo liderazgo de este grupo de inversiones.
Lo que sí se sabe es que con una empresa de alimentos menos en Venezuela es probable que el desabastecimiento espere a la vuelta de la esquina.
Es preocupante que lo que antaño fue una gran empresa de producción de alimentos, pase a la sombra tan drásticamente; especialmente porque actualmente no se conocen planes de si sus plantas están operativas, perdiéndose así fuentes de empleo, abastecimiento de alimentos en masa y el desarrollo de la empresa privada para el fortalecimiento de la economía del país.