El director del FBI, Christopher Wray, calificó de “terrorismo doméstico» el asalto al Capitolio, por parte de seguidores del expresidente Donald Trump, al prestar testimonio ante el Senado este martes.
Esta es la primera vez que el jefe de la agencia de inteligencia presta testimonio ante los legisladores sobre los sucesos del 6 de enero, que dejaron cinco muertos; puesto que el Congreso se ha embarcado en una investigación para examinar los hechos.
“El ataque fue -simple y llanamente- comportamiento criminal (…), un comportamiento que en el FBI vemos como terrorismo doméstico”, afirmó el director de la principal agencia de investigación del país.
También explicó que el FBI ha arrestado a 270 personas que participaron en el asalto y ha abierto cientos de investigaciones en 49 estados.
Tolerar tales actos “sería burlarse del Estado de derecho”
“No fue un evento aislado”, alertó Wray, “el problema del terrorismo doméstico se ha extendido por todo el país por mucho tiempo y no se irá pronto”.
Por otra parte, la bancada demócrata aprovechó la presencia del jefe del FBI para zanjar la cuestión de si los disturbios del 6 de enero fueron provocados por infiltrados de extrema izquierda, conocidos como antifascistas, tal y como sostienen -sin pruebas- algunos de los republicanos más próximos al expresidente Trump.
«No hemos visto prueba alguna de la participación de anarquistas extremistas violentos o gente de antifa», sostuvo. «Eso no significa que no lo estemos investigando y que lo seguiremos haciendo, pero, de momento, no hemos visto nada al respecto».
No es la primera vez que Wray habla sobre la amenaza interna; el año pasado, también en una audiencia ante el Congreso, en 2019 indicó que fue el año más mortífero por parte del terrorismo doméstico desde los atentados en Oklahoma City en 1995.
Aparte del FBI, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) también ha sonado las alarmas sobre el terrorismo interno, conectado con el supremacismo blanco. En una evaluación anual, la agencia señaló a los extremismos con “motivos raciales o étnicos” como “la amenaza más letal y persistente” a EEUU.
Con información de Voz De América