Operación Esperanza es el nombre con el que las Fuerzas Militares han bautizado los trabajos de búsqueda de los niños perdidos en la selva amazónica, tras el accidente de la avioneta en la que se transportaban el pasado primero de mayo. Lo último que han dejado saber quienes están poniendo el alma en ese trabajo es que encontraron unas huellas humanas en medio de la tupida vegetación, cerca de uno de los riachuelos.
De acuerdo a la revista Semana, más de cien hombres están insertados en ese bosque para esta misión humanitaria. Este jueves 18 de mayo, tras la información de que los niños podrían estar vivos, se aumentaron las labores de búsqueda.
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Según reportaron las Fuerzas Militares, durante toda la noche del miércoles 17 de mayo, la madrugada y el día del jueves, los Comandos de las Fuerzas Especiales “realizaron labores de perifoneo en la zona de búsqueda con el objetivo de orientar y encontrar a los cuatro menores que se encuentran desaparecidos en esa selva entre los departamentos de Caquetá y Guaviare”.
De la mano de los grupos indígenas de la región, los equipos especiales “han estado recorriendo palmo a palmo esta agreste y tupida selva”.
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“Como mamá me duele”, asegura la señora Fátima Valencia, abuela de los cuatro pequeños perdidos aún en la selva y de quienes no se tiene aún rastro. El cuerpo de su hija, fallecida en ese accidente, fue recuperado esta tarde, según reportes de la Aeronáutica Civil. Ella lo espera en Villavicencio desde hace días, en medio de la zozobra en la que ha estado su familia.
Además de su hija Magdalena Mucutuy Valencia, también fueron trasladados Hernando Murcia Morales, quien era el piloto de la aeronave, y Herman Mendoza. Se espera que lleguen a San José del Guaviare y sean entregados a Medicina Legal para llevar a cabo los correspondientes procedimientos judiciales.
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