El término de castración es empleado en los animales o en los seres humanos cuando se les practica la técnica quirúrgica destinada a extirpar los órganos sexuales en hombres o en mujeres causando la esterilización, lo que impide la reproducción; y usted se preguntará ¿Qué tiene que ver eso con Venezuela? Aquí se los cuento.
En lo único que ha sido eficiente Nicolás Maduro en los últimos años es que, para mantenerse en el poder, desmovilizó al elector venezolano y el voto hoy no tiene valor.
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El régimen aplicó la gran operación (castración) sin entrar a quirófano el 28 de julio del 2024 cuando sabiendo que había perdido la elección presidencial optó por robársela; obligaron a sus miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) a dar a conocer unos resultados que le favorecieran sin mostrar una sola acta de escrutinio.
Como segundo paso le subió volumen a la persecución, encarcelamiento y tortura de políticos y ciudadanos que protestaron en rechazo al robo electoral, hoy más de dos mil permanecen secuestrados en cárceles y otros 5 colaboradores de María Corina Machado viven un asedio constante en la embajada de Argentina en Caracas.
Con esta acción violatoria de los derechos humanos, el régimen atemorizó a la población obligándolos a encerrarse en sus casas y a evitar salir a la calle a protestar; sólo el 9 de enero de 2025 el miedo se rompió un poco y se movilizó el país ante el llamado de su líder, María Corina, y la expectativa del regreso de Edmundo González Urrutia a Venezuela, la cual no ocurrió.
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La castración de Maduro continuó el 10 de enero cuando en un salón pequeño donde reposa el Acta de la Independencia de Venezuela en la Asamblea Nacional, se juramentó como presidente con sus más cercanos aduladores y el acompañamiento de los dictadores Daniel Ortega; de Nicaragua; y Díaz Canel, de Cuba.
Luego aprovechó la visita del enviado especial del presidente Donald Trump, Richard Grenell, para desplegar la propaganda con el encuentro y hacer creer que ya se entienden directamente con la nueva Administración de EEUU.
Y para seguir enredando el juego, de inmediato anunciaron el 27 de abril como la fecha de las elecciones de gobernadores, Asamblea Nacional y Consejos Legislativos para el 2025; pero este miércoles 19 de febrero la pospusieron para el 25 de mayo.
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El dilema viene ahora, ¿votar o no votar? Para no votar, los argumentos sobran y convencen, empezando por el primero, y es que Maduro se robó la elección del 28 de julio del 2024 y el presidente electo es Edmundo González Urrutia, tal como lo certifica el Informe final del Centro Carter, donde además señala que en Venezuela no se dieron elecciones democráticas.
Estudios de opinión como el de la plataforma en WhatsApp Es Noticia en Venezuela, reflejan que el 12% del 97 % de opositores que respondieron a una encuesta, de muestra nacional de 1.700 casos, solo manifestaron disposición de votar, la gran mayoría dijo que no se puede votar en esas condiciones, es decir, la castración de poder elegir se materializó en la opinión del colectivo.
En consonancia con esto, la Plataforma Unitaria conformada por diez partidos políticos de oposición reaccionó este miércoles 19 de febrero diciendo que no van participar en esa elección convocada para el 25 de mayo y dejaron en claro que en primer lugar, debe iniciarse de manera inmediata una negociación formal y transparente basada en el reconocimiento de la verdad del 28 de julio, es decir, que se reconozca que Edmundo González Urrutia ganó.
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En segundo lugar, que se produzca de inmediato la liberación de todos los presos políticos, asilados en embajadas, y que los exiliados tengan plenas garantías para su regreso al país; y como tercer lugar, la libre disposición y uso del símbolo electoral la tarjeta de la manito.
¿Qué creen que hará Maduro? Pues seguir con su proceso de castración del voto, a él le conviene que no se participe, ese día veremos una fotografía nacional de ausencia de votantes y de reseña mundial de que el régimen de Maduro no cuenta con el pueblo.
Pero para poner un contrapeso a la no participación, es importante reflejar la opinión del ex rector de La Universidad del Zulia, Dr. Ángel Lombardi, quien recientemente publicó en sus redes sociales que bajo una hipótesis pesimista dejar de votar, sería un grave error, mientras seguimos en la espera de que «algo va a pasar».
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Lo ciertamente claro es que el discurso de no ceder espacios no cogió fuerza puesto que los que hoy gobiernan en estados y municipios su poder es mínimo y su permanencia depende del nivel de sumisión y reconocimiento a Maduro.
Maduro castró el poder de elegir libremente en Venezuela por el momento, está en el liderazgo opositor mostrar y guiar otra ruta de resistencia que logre desalojar al déspota de Nicolás de Miraflores.