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Opinión

Orlando Viera-Blanco | Y te lloro Venezuela cuando nadie me ve

Orlando Viera
Orlando Viera-Blanco

Mientras tanto, te lloro Venezuela cuando nadie me ve, en mi cajón, en mi alforja, en un rincón, esperando que el viento arrastre esas hojas muertas y amanezca en primavera

Nos proponemos en este ensayo demostrar cómo la ideología es más propaganda que gestión real. El respeto por las leyes, las instituciones y las reglas fundamentales del Estado de derecho, generan índices plausibles [comunes] de crecimiento, bienestar y paz ciudadana en modelos que siendo de derecha o izquierda, mantienen una estructura básica del Estado. A fin de cuentas, ‘son aquellas pequeñas cosas’ que respetan la vida y la libertad: un cajón de democracia, un rincón de justicia y un papel constitucional.

Hagamos un breve viaje por Brasil, Colombia, Chile, México y Venezuela donde Venezuela desentona por su quiebre institucional, económico, social y democrático, mientras Boric (Chile), Petro (Colombia), Lula (Brasil) y el otrora presidente de México, López Obrador, exhiben un orden democrático, civilista e institucional, apreciable.

Un poder discrecional sin precedentes

La Venezuela de Chávez no obedeció a un proyecto político sino de mando. No cumplía patrones propios de la social-democracia que presumía. Fundamentado en un marco constitucional presidencialista, militarista, interventor, socialista, centralista, Chávez dio rienda suelta a un poder discrecional incontrolable y sin precedentes. La Constitución Bolivariana (promulgada por un referéndum constituyente no previsto en la Constitución de 1961) nació como hoja muerta: a nuestra merced, al acecho y asechanzas también [urdir engaños]. Gobernar por decreto, militarizar la administración pública, afianzar la injerencia Cubana, embriagar de populismo y cooptar los poderes públicos, fue un método supraconstitucional de irreparables fracturas institucionales, sociales y económicas.

Los índices de gestión de Maduro son la continuación y consecuencia de una economía castrada, confiscatoria, retaliativa y desigual. Nuestras estadísticas de pobreza, crisis humanitaria, [de]crecimiento económico, [hiper] inflación y [mega]devaluación monetaria son inéditas en Latinoamérica. Jamás el hemisferio estuvo sometido a una debacle autoritaria de este orden.

La razón por la cual los gobiernos “aliados” de Colombia, Chile, Brasil y México se han desmarcado de Maduro se debe a la implementación de un modelo de poder cuya tendencia antidemocrática los desluce. Brasil vetó a Venezuela para ingresar al BRICS, porque Maduro no cumplió sus ofrecimientos. A Lula le disgusta que le mientan y se defraude la voluntad popular. Maduro no exhibió las actas de las elecciones del 28J, no otorga salvoconducto a los venezolanos asilados en la Embajada de Argentina en Caracas, insiste en su ola represiva y hace de Venezuela un protectorado Cubano con Ministros de la isla en su gabinete, asegurando petróleo en su alforja, control y vigilancia.

Brasil, Colombia, Chile y México en números

Los indicadores de crecimiento económico, pobreza, inflación y felicidad de Gustavo Petro, Gabriel Boric, Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador son estables. Incomoda su irreverencia política e igualitarismo utópico, pero se allanan de vaciar el estado. Sin duda Colombia vive un ambiente de inseguridad, pactos soterrados con la insurgencia, impunidad y expropiación latente. Pero la sociedad colombiana civilista se defiende.

Colombia (Petro) ha registrado un incremento del PIB [2022] del 7.3% con una desaceleración 2023 del 0.6%. Chile (Boric) reflejó un crecimiento moderado en 2022 y desaceleración en 2023, debido a la situación económica global. Brasil (Lula) ha registrado una recuperación económica que se ha basado en el consumo interno y la inversión social. Vale la pena mencionar programas como Bolsa Familia que impactan el PIB. México (López Obrador) logró un crecimiento alrededor de 3.1% [2023] con desaceleración en 2024. Sus políticas repercutieron favorablemente en sectores como turismo, exportaciones y políticas de inversión en la economía. En términos de pobreza, Colombia resalta una disminución de la pobreza monetaria del 36.6% [2022] al 33% [2023]. Los programas de transferencias y esfuerzos para reducir la desigualdad en áreas rurales han aumentado la productividad agrícola. Aproximadamente 1,6 millones de colombianos han salido de la pobreza durante su gestión, siendo que la pobreza extrema disminuyó, ajustada en 1,1 millones de ciudadanos. La desigualdad sigue siendo un desafío importante, la convivencia institucional con guerrilleros y la incertidumbre en el respeto a la propiedad, un tic tac.

Boric ha reducido la pobreza en Chile al 6.5% [2022] gracias a políticas de protección social y redistribución, aunque la pobreza multidimensional sigue siendo moderada. Lula ha logrado reducir la pobreza al 27.5% [2023]. En México López Obrador la bajó (pobreza extrema) del 8.5% [2020] al 7.1% [2022]. La recuperación post-pandemia registra un impacto social positivo. Lástima verlo incurrir en caprichos como cancelar el aeropuerto de CDM o sus «mañaneras» adulantes.

Estabilidad institucional: Brasil, Chile, Colombia y México

El primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2006) el PIB creció en promedio un 3,5% anual, impulsado por reformas económicas y político-sociales que expandieron la clase media. Durante su segundo mandato (2007-2010) el crecimiento fue mayor, alcanzando un promedio anual de 4,6% y un destacado crecimiento del 6,1% en 2007. Las exportaciones de materias primas y mayor confianza de los inversionistas, le dieron pulmón. Los índices de pobreza en Brasil han descendido a niveles históricos. En 2023 la tasa de pobreza se redujo al 27,5% en comparación al 31,6% de 2022: 59,2 millones de personas fueron consideradas pobres o una caída de 8,6 millones respecto al año anterior. La pobreza extrema también ha disminuido con una tasa del 4,4% en 2023, marcando una caída del 40% en comparación con el año anterior.

En Colombia Petro ha enfrentado una inflación elevada con políticas de control de precios de alimentos y bienes esenciales. En Chile Boric ha adoptado medidas para reducir la inflación y contener el costo de vida, afectando los sectores de energía y transporte. Lula ha mantenido el control de la inflación a través de políticas de gasto social y subsidios apoyando a los sectores más vulnerables. López Obrador en México implementó políticas de estabilización de precios sobre alimentos y energía, logrando reducir la inflación a niveles cercanos a los objetivos del Banco Central Mexicano.

Queremos resaltar como estos gobiernos del Foro de Sao Paulo a pesar que promueven políticas públicas y narrativas cuestionables en materia de exacerbación del gasto público, aumento del déficit fiscal, lucha de clases, relativización de los derechos de propiedad y planificación central, no engrosan cifras de abusos represivos, violación sistemática de DDHH, perpetración de crímenes de lesa humanidad o afectación de la voluntad popular. La narrativa pobrecitista y colectivista va por un lado, pero la realidad programática no genera fracturas sociales significativas [al menos por ahora]; violencia política, corrupción desatada [sin desconocer que existen prácticas corruptas], como tampoco una injerencia extranjera ocupacional y parasitaria.

El cono monetario: Chile, Brasil, Colombia y México

Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024) el peso mexicano experimentó fluctuaciones notables. Al inicio de su mandato el tipo de cambio rondaba los 20.30 pesos por dólar. Con la llegada de la pandemia [2020] el peso se devaluó a un máximo de 25.14 pesos por dólar. A pesar de estos picos, el peso comenzó a recuperar valor a partir de 2021. A lo largo de 2022 y 2023 el peso se apreció hasta su nivel más bajo, llegando a 16.67 pesos por dólar [julio 2023]. La estabilidad económica, la inversión extranjera y un contexto favorable con la política monetaria del Banco de México han mantenido el peso relativamente fuerte.

Durante el gobierno de Gabriel Boric en Chile, el peso chileno ha experimentado una considerable devaluación debido a factores internos y externos. En 2022 el peso chileno se depreció de forma significativa alcanzando hasta un 15% de caída en ciertos periodos, acercándose al umbral de los 1,000 pesos por dólar. Esta devaluación fue impulsada por la inflación que llegó a superar el 12% anual, así como por el alza en precios de importación de combustibles y otros bienes esenciales. La guerra en Ucrania y la recesión económica de China, afectaron el valor del peso al limitar la demanda de productos chilenos, como el cobre, pilar de la economía chilena. Pero en 2023 y 2024, la moneda chilena mostró cierta estabilización, aunque persistieron desafíos debido a la incertidumbre política interna, incluida la situación constitucional.

El peso colombiano ha enfrentado presiones significativas. En 2023, el dólar estadounidense superó los 4,800 pesos en algunos momentos, aunque el gobierno ha tratado de estabilizar la situación monetaria. La inflación también ha sido un tema de preocupación aunque el gobierno ha tomado medidas para controlar su crecimiento. El Real Brasileño ha oscilado en cuatro lustros entre 1.5 BRL por dólar y 5.7 BRL por dólar en 2024.

Venezuela habiendo obtenido ingresos petroleros récords en el período 2006/2013 vivió una galopante devaluación del bolívar. Chávez le restó 3 ceros a nuestra moneda en 2008 [Bolívar fuerte]. Maduro le quitó 11 ceros: 5 ceros menos [2018] con el debut del Bolívar Soberano, y 6 ceros menos [2021] con la aparición del Bolívar Digital. Hoy un dólar equivale a 39 BsDg/$ [conversión oficial] más 14 ceros. Inédito, incomprensible. La inflación acumulada entre 2017 a la fecha en Venezuela supera el 140.000%. Y la deuda externa es impagable. Ello nos condujo a una crisis humanitaria compleja: hambruna, crisis de salud y éxodo de más de 8 millones de venezolanos. ¿Qué gobierno de izquierda o derecha en Latinoamérica condujo a un descalabro similar? Ninguno.

Venezuela en números: Pobreza, PIB, inflación, crímenes de lesa humanidad y desplazados

La economía venezolana se contrajo drásticamente entre 2014 y 2021, perdiendo más del 70 % de su valor. Un colapso sin precedentes para un país sin guerra. A partir de 2022 se observó una leve recuperación impulsada por la flexibilización del sector privado y una dolarización informal. El PIB mostró un leve aumento del 4 % para 2023. El salario mínimo que reciben millones de venezolanos es de 130 bolívares al mes o 3,33 dólares, mientras el ingreso promedio en el sector privado es de 110 dólares/mes.

La pobreza para 2023 alcanzó un 94,4 % de venezolanos [pobreza moderada] y el 69,6 % en pobreza multidimensional por falta de acceso a servicios básicos, salud, educación y empleo formal. El clima de miseria y anomia no cesa.

Los crímenes de lesa humanidad no tienen parangón. Miles de asesinados, perseguidos, detenidos, desaparecidos o torturados. 18% de la población infantil no asistió a la escuela, 44% no lo hizo regularmente. Al menos un 72% de los centros de salud sufren escasez de medicamentos. El costo de una canasta alimentaria en una familia de 5 en Venezuela es de 498$ cuando el salario mínimo es de 3.33 $/Mes. La ONG Espacio Público ha denunciado un promedio de 350 ataques/año a la libertad de expresión, y se calcula que entre 2014 y 2023 se han realizado más de 15.000 detenciones arbitrarias, más 2000 detenidos [incluidos niños, niñas, nativos, viejos, handicaps] después del 28J. Las actas electorales nunca se publicaron y Maduro fue proclamado Presidente por el TSJ. ¿Esta Venezuela tiene alguna relación con «sus aliados» del continente?

Lo anterior explica por qué Lula-disgustado y decepcionado de Maduro- lo vejó. Petro se distancia, Boric lo denuncia y AMLO no consiguió defender lo indefendible. No es entonces un tema de izquierdas o derechas. Es un comportamiento antidemocrático, violento, rapaz. Un estado ausente que no da tregua ni piedad. Y Maduro no entró al BRICS. Lo espera otra sala…

En conclusión amigo lector parafraseando a Serrat: “son aquellas pequeñas cosas que [nos arrebataron] de un tiempo de rosas». La venezuela profanada, la venezuela de gracia, de ayer, de nuestra infancia, de nuestra querencia, que conservo en un rincón, en un papel, en un cajón, «y como un ladrón te acechan detrás de la puerta y te tienen a su merced como hojas muertas, que el viento arrastra allá o aquí». Es la Venezuela de esas pequeñas-grandes cosas, que volverá espectacularmente.

Mientras tanto, te lloro Venezuela cuando nadie me ve, en mi cajón, en mi alforja, en un rincón, esperando que el viento arrastre esas hojas muertas y amanezca en primavera.