Las autoridades de Ucrania elevaron este jueves a más de 260 el número de niños muertos desde el inicio de la ofensiva militar por parte de Rusia, desencadenada el 24 de febrero por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.
La Fiscalía ucraniana señaló en un mensaje en su cuenta en Telegram que hasta la fecha se ha confirmado el fallecimiento de 261 niños, mientras que más de 460 han resultado heridos. “Estas cifras no son finales, ya que el trabajo está en marcha en lugares de hostilidades activas y en los territorios temporalmente ocupados y liberados”, apuntó.
Asimismo, reseñó que la provincia de Donetsk es la que acumula un mayor número de víctimas, con 184 entre muertos y heridos. Por detrás figuran la región de Kiev, con 116; la región de Kharkiv, con 112; la de Chernígov, con 68; las de Lugansk y Jersón, con 52; y la de Mikolaiv, con 47.
Por último, indicó que 1.938 instituciones educativas han sufrido daños materiales a causa de los ataques, de las cuales un total de 182 han quedado “completamente destruidas”.
El ejército ruso redujo el jueves el cerco sobre la estratégica ciudad ucraniana de Severodonetsk, en la región oriental del Donbas, a punto de cumplir cien días de una guerra que puede durar “varios meses”, según Estados Unidos.
Frustrada su ofensiva relámpago para hacer caer el gobierno prooccidental en Kiev, Moscú se concentra en una guerra de desgaste para conquistar la cuenca minera del Donbas, controlada parcialmente desde 2014 por separatistas prorrusos.
El asedio ruso en esta región, con bombardeos constantes sobre grandes núcleos urbanos, empieza a dar frutos.
En Severodonetsk, un “80% de la ciudad está ocupada” por las fuerzas rusas y hay combates en sus calles, declaró el gobernador de la región de Lugansk, Serguéi Gaidai, en las primeras horas del jueves.
“La situación más difícil es en la región de Lugansk, donde el enemigo intenta expulsar a nuestras tropas de sus posiciones”, dijo el comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, Valeri Zalujny, en un comunicado del ejército.
“El enemigo tiene una ventaja operativa en términos de artillería”, añadió el general, repitiendo la necesidad de una “transición lo más rápida posible” de sus equipos hacia armas del tipo de la OTAN.
El pedido coincide con el anuncio estadounidense del envío a Kiev de sistemas de misiles avanzados Himars, que permiten realizar lanzamientos múltiples muy precisos, además de armas antitanque y cuatro helicópteros.
Con información de Europa Press