Ucrania acusó este lunes a Hungría de impedirle el acceso a once prisioneros de guerra ucranianos que Rusia entregó al país de la Unión Europea.
La iglesia ortodoxa rusa anunció a principios de este mes que un grupo de prisioneros de guerra ucranianos de origen húngaro había sido trasladado a Budapest, la capital de Hungría.
Los prisioneros son originarios de Transcarpatia, una región del oeste de Ucrania fronteriza con Hungría donde viven alrededor de 100.000 húngaros y motivo de conflicto con el gobierno de Budapest.
El gobierno ucraniano dijo el lunes que sus funcionarios no han podido acceder a los detenidos devueltos.
«Todos los intentos de los diplomáticos ucranianos en los últimos días para establecer contacto directo con ciudadanos ucranianos no han tenido éxito», dijo el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko, en un comunicado en Facebook.
«Los mantienen esencialmente aislados», dijo.
Hungría negó que estuviera obstaculizando el acceso, y afirma que actúa «de conformidad a la vez con el derecho y la práctica en vigor a nivel internacional».
Los 11 hombres «no son considerados como prisioneros de guerra en el plano jurídico, dado que fueron liberados en territorio ruso», y la iglesia rusa intervino después en el traslado, había indicado en conferencia de prensa en Budapest Gergely Gulyas, director de gabinete del Primer ministro Viktor Orban.
«Están aquí por su plena voluntad y pueden dejar el país libremente cuando quieran. No los vigilamos», añadió, y precisó que los que no eran húngaros recibieron estatuto de refugiados.
Hungría ha tratado de mantener estrechos vínculos con Rusia pese a la invasión de Ucrania.
AFP.