Este 10 de enero, Nicolás Maduro asumió su cuarto mandato como presidente de Venezuela, sin el respaldo de buena parte de la comunidad internacional. Varios países y organismos han expresado su rechazo a esta juramentación, calificando el proceso electoral de ilegítimo y fraudulentamente realizado.
Reacciones
Estados Unidos y una serie de países de América Latina reiteraron su postura de no reconocer la reelección de Maduro. En un comunicado oficial, el gobierno estadounidense expresó su apoyo a Edmundo González Urrutia, elegido por más de 7 millones de venezolanos, subrayando que los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) carecen de legitimidad. El presidente electo de EE. UU., Donald Trump, también destacó que las elecciones fueron fraudulentas y reafirmó el apoyo a la oposición venezolana.
La Unión Europea se mostró firme en su rechazo a la reelección de Maduro, acusando al gobierno venezolano de vulnerar los principios democráticos y de continuar con la represión de la oposición.
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Canadá también se mostró firme en su rechazo a la juramentación de Maduro, y afirmó que no reconocerá su mandato, continuando su respaldo a los esfuerzos de la oposición venezolana para devolver la democracia al país. A lo largo de los años, Canadá ha sido un defensor constante de los derechos humanos en Venezuela.
Perú y Guatemala también se unieron a las voces de rechazo a la toma de posesión de Maduro. Perú reiteró su apoyo al restablecimiento de la democracia y la vigencia de los derechos humanos en Venezuela, mientras que Guatemala emitió una declaración expresando que no reconocerá el mandato de Maduro, al considerar que la juramentación no fue producto de un proceso electoral libre y transparente.
Israel, por medio de su canciller Gideon Sa’ar, expresó preocupación por la situación política en Venezuela, enfocándose en la represión de la oposición y las detenciones arbitrarias. Israel ratificó su apoyo a la democracia venezolana y a la restitución de los derechos fundamentales del pueblo venezolano.