Nicolás Maduro heredó la política exterior que Hugo Chávez desplegó en Medio Oriente, pero ha puesto el acento en uno de los aspectos más controvertidos de esta estrategia. Desde su ascenso al poder en 2013, “la cooperación con grupos terroristas ha sido reforzada”, señala Adriana Boersner Herrera, profesora venezolana de la Universidad de Carolina del Sur Aiken.
“Las especulaciones con respecto a las conexiones entre miembros del gobierno de Nicolás Maduro y grupos como Hezbollah -de Libia- se han incrementado con los años. Los instrumentos usados en esta relación incluyen desde la diplomacia hasta la economía ilegal”, advierte Boersner Herrera en un ensayo publicado en la revista Democratización (https://redformaweb.com/articulos-undecima-edicion/), editada por el Instituto de Estudios Políticos FORMA (https://redformaweb.com/).
La doctora en Ciencia Política destaca que “el grupo terrorista libanés ha respaldado a Maduro no sólo ante las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela, sino también durante el 2019 cuando Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, fue juramentado como presidente interino de Venezuela”.
Boersner Herrera recuerda que el régimen chavista también ha estrechado lazos con el grupo palestino Hamas, calificado como terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea. “Estas relaciones le han valido a Maduro un apoyo tácito ante las sanciones económicas y la disputa presidencial en Venezuela desde 2019”, acota.
En el análisis publicado en la revista Democratización, la experta indica que los vínculos entre el régimen de Maduro y el gobierno sirio de Bashar al-Assad “se extienden particularmente a personas como Tareck Zaidan El Aissami, Tareck William Saab Halabi, y Haiman El Troudi”.
“Tareck El Aissami ha sido acusado de proveer ilegalmente pasaportes venezolanos a miembros terroristas y de estar conectado con miembros del grupo Hezbollah”, expone Boersner Herrera, quien apunta que “países como Irán y Siria son de los más importantes aliados para Maduro, debido a un contexto internacional distinto al vivido por Chávez y desfavorable para el gobierno de Venezuela”.
Nuevo amigo
Al evaluar el enfoque chavista hacia Medio Oriente, la académica subraya que “una alianza que sí ha sido producto de la política exterior de Maduro ha sido la establecida con Turquía”. “A partir de 2016, las relaciones turco-venezolanas se fortalecieron después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, sufriera un golpe de Estado”, observa.
“La cooperación bilateral turco-venezolana se ha basado en intereses geopolíticos y lazos económicos comunes, incluida la venta de oro venezolano, como instrumento de la política exterior venezolana”, enfatiza Boersner Herrera, quien alerta que “estas ventas de oro, como las 24 toneladas sin refinar que se transportaron a Turquía, están bajo investigación por agencias en Europa para determinar si se trata de oro de sangre”.