La oposición puso fin al simbólico «gobierno interino» de Juan Guaidó en Venezuela después de cuatro años, lo que abre una nueva etapa política con las elecciones presidenciales de 2024 a la vista, en medio de profundas fracturas.
– ¿Cómo fue eliminado? –
Tres de los principales partidos que acompañaron a Guaidó impulsaron eliminar el «interinato» en una votación realizada el viernes, durante una maratónica sesión virtual del antiguo Parlamento de mayoría opositora de 2015, que defiende su continuidad aunque su período acabara el año pasado.
La decisión se aprobó con 72 votos a favor y 29 en contra, con ocho abstenciones.
«Se da un salto al vacío», cuestionó Guaidó, que fue reconocido por Estados Unidos y más de medio centenar de países cuando se autoproclamó «presidente encargado» en una plaza en enero de 2019.
Ese amplio apoyo internacional no bastó para sacar del poder al presidente Nicolás Maduro, cuya reelección en 2018 fue denunciada como un «fraude» por la oposición.
– ¿Viene otro «presidente encargado»? –
Cae la «presidencia interina» de Guaidó, pero aún no el Parlamento de 2015, que mantiene cierto reconocimiento internacional tras las elecciones legislativas de 2020, ganadas por el gobernante chavismo y tachadas igualmente de fraudulentas.
«¿Quién va a asumir las competencias con nombre y apellido ante los venezolanos?», expresó Guaidó.
Los exdiputados aprobaron crear una comisión que asumirá «funciones ejecutivas» principalmente en lo que concierne al control de activos venezolanos bloqueados en el extranjero por sanciones.
Esos fondos, que Maduro estima en 24.000 millones de dólares, «nunca llegarán a manos del régimen», aseguraron en un comunicado los partidos que retiraron su apoyo al «interinato». «Así lo hemos verificado con nuestros aliados».
– ¿Y Guaidó? –
«Sigo aquí y firme», dijo el político, blanco de numerosas investigaciones judiciales, que al autoproclamarse «presidente interino» en 2019 alegó que, como jefe de la Asamblea Nacional, debía asumir el gobierno ante un vacío de poder por los cuestionamientos a la reelección de Maduro.
Guaidó suena como candidato en las primarias que la fracturada oposición pretende organizar en 2023 para elegir un candidato único que enfrente a Maduro en las presidenciales.
«Hay liderazgos en la oposición que consideran que ejercer el gobierno interino suponía una ventaja para una eventual candidatura de Guaidó», dijo a la AFP el asesor político Pablo Andrés Quintero.
– ¿Triunfo de Maduro? –
Daniel Varnagy, profesor universitario y doctor en Ciencias Políticas, cree que el gobierno de Maduro podría hacer concesiones electorales en las negociaciones retomadas con la oposición en México el mes pasado, al «entender que necesita legitimidad de origen».
Y, con la oposición dividida, su reelección en 2024 no parece problema.
«Me temo que hoy ganó Maduro», expresó en Twitter Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Alarcón cree que el cambio de estrategia será «costoso» para la oposición, que ha visto su popularidad mermar. La de Guaidó, según la encuestadora Datanálisis, ha caído por debajo de 20% después de superar 60% en 2019.
Varnagy piensa que hay una crisis de representación que ha dejado a «la sociedad civil cada vez más huérfana».
«No solo había esperanzas de cambio político, sino también expectativas reales (…), pero no se cumplieron», expresa.
– ¿Qué pasa con la comunidad internacional? –
El apoyo internacional de Guaidó se ha diluido en estos cuatro años. Washington, su principal aliado, no ha reaccionado a la eliminación del «interinato», pero ya antes había enviado a Caracas delegados para reunirse con Maduro pese a calificarlo de «dictador» y violador de derechos humanos.
El contexto ha cambiado, además, con la crisis energética creada por la invasión rusa a Ucrania. El crudo venezolano, blanco de un embargo desde 2019, se hizo más atractivo.
La Casa Blanca permitirá a la energética Chevron operar en Venezuela tras los primeros acuerdos alcanzados en la mesa de negociación política retomada por delegados de Maduro y la oposición en México.
Y en Latinoamérica gobiernos de países como Brasil, Colombia y Argentina viraron a la izquierda.
Así, Varnagy estima que la comunidad internacional vería como «un mal menor» frente a sus necesidades energéticas la eventual continuidad del mandatario… incluso con recursos bloqueados.
AFP