Una empresa con una oficina en Houston y otra propiedad de dos estadounidenses, estaría ayudando al régimen de Nicolás Maduro a eludir las sanciones de Estados Unidos y transportar secretamente millones de productos derivados del petróleo a bordo de un petrolero construido en Irán.
La agencia The Associated Press (AP) publicó esta información en su página web y señaló que el esfuerzo de evasión de sanciones se centra en una refinería inactiva y una terminal petrolera adyacente en la isla caribeña holandesa de Curazao que hasta 2019 fue un importante centro de envío para la compañía petrolera estatal de Venezuela, PDVSA.
SCOOP: Until now, oil deals skirting US sanctions on Venezuela involved shady Russian oligarchs, ghost tankers and shell companies.
But this latest ploy centered on Curacao was in plain view—a sign, maybe, that profiteers don't fear retaliation by Biden.https://t.co/Isyh5DBzJd
— Joshua Goodman (@APjoshgoodman) November 16, 2022
El 28 de septiembre, el buque cisterna Colón, con bandera de Togo, descargó 600.000 barriles de fueloil en la terminal Bullenbaai, que es operada por la empresa de refinación estatal de Curazao en asociación con una empresa incipiente, Caribbean Petroleum Refinery, propiedad de dos venezolanos estadounidenses con doble nacionalidad.
La empresa estatal emitió un comunicado de prensa celebrando la llegada del Colón como un “momento histórico”, diciendo que era la primera entrega de la terminal reactivada, que es capaz de almacenar hasta 7 millones de barriles de productos petroleros.
Aunque el comunicado no mencionó el origen del fuel oil, el petrolero construido en Irán durante el año pasado se ha transportado exclusivamente entre los puertos de Venezuela. Los datos de seguimiento de barcos muestran que dos días antes de su llegada a Curazao, el Colón cargó su casco gigante negro y rojo en el puerto de Amuay, sede de la refinería más grande de Venezuela.
Con información de AP.