Los privilegios que el régimen de Maduro ha otorgado a los importadores están perjudicando a los cañicultores venezolanos, pues no pueden competir en el mercado.
José Ricardo Álvarez, presidente de la Federación de Asociaciones de Cañicultores de Venezuela (Fesoca), denunció que las importaciones están siendo exoneradas de los impuestos que los productores nacionales sí están en obligación de cumplir; no estarían cancelando las tasas aduaneras, el Impuesto de Valor Agregado (IVA) y otros aranceles propios de la actividad comercial en el país.
Lo normal en un inventario durante la zafra que inicia en el mes de diciembre y culmina en mayo es de 8 mil toneladas de azúcar, comentó Álvarez, sólo que ahora hay alrededor de 80 mil toneladas debido a que en el último mes del año 2022 sólo en importaciones habría llegado al mercado nacional una cantidad similar de toneladas equivalentes a unos dos meses de consumo, aproximadamente.
«Nosotros pedimos que nos respeten la zafra; es normal que se importe lo faltante a la producción nacional, pero se debe importar en forma cruda y ese material lo podemos procesar en los centrales azucareros y así se mantendrán las fuentes de empleos», indicó.
Explicó que en lo que va de año, dos veces se han reunido con representantes del Gobierno venezolano y «de parte de ellos estaría el compromiso de parar las importaciones en los próximos meses hasta que terminemos con la zafra».
No obstante, esperan que en esta oportunidad sí cumplan su palabra, ya que desde el año 2020 el sector de agroindustria, específicamente los centrales azucareros, padecen con las excesivas importaciones que autoriza el Gobierno, aunado al hecho de las que llegan a Venezuela por vías no autorizadas o ilegales que se evidencian en el comercio nacional sin la revisión oportuna de las autoridades.
Para este año, continuó explicando el titular de Fesoca, estiman producir 250 mil toneladas de azúcar que alcanzarán para seis meses; en este caso, la central azucarera La Pastora, una de la más importantes que hay en el país con sede en Lara en los límites con el estado Trujillo, aporta buena parte del trabajo, ya que continúa moliendo hasta el mes de septiembre, según informó el dirigente gremial.
Por su parte, Pablo Chirinos, presidente de Fedecámaras Lara, declaró a La Prensa en respaldo a Fesoca que efectivamente existe una «competencia desleal» que pone en jaque a los productores nacionales, sobre todo porque a largo plazo se pueden ver afectados todos los involucrados en este sector primario de la economía nacional. «Al cabo de un tiempo se podría desencadenar el desempleo, cuando eso bien podemos evitarlo si se propicia igualdad de condiciones».