La crisis económica que padece el venezolano ha alcanzado a las iglesias y, con ello, a las actividades propias de la Semana Santa.
Este lunes, representantes del clero aseguraron que los elevados precios propios de la hiperinflación no les permiten cubrir el costo de las hojas dominicales ni de las velas. El vino de consagrar se ha convertido, prácticamente, en un lujo, por lo que los religiosos han acudido a prácticas artesanales para su elaboración.
«Los costos son muy elevados. Un velón, una vela vale, si la cobramos en dólares, son tres, cuatro dólares. Son diez mil, 12 mil, 15 mil bolívares, un velón», precisó Miguel Romero, director de Medios de la Arquidiócesis de Valencia.
El prelado agregó que el toque de queda que, en la práctica, ha impuesto la inseguridad obliga a los feligreses a regresar temprano a sus casas. Esa situación, explicó, merma la asistencia de los fieles a misa.
«Por el tema de transporte, tema de inseguridad… Ya el centro a las 3:00 p.m. está prácticamente vacío porque todos los que trabajan en el centro de Valencia salen corriendo por el tema del transporte (…) Y eso hace que venga menos gente a la misa y hace, por supuesto, que tengamos que hacer la misa más temprano», explicó el sacerdote.
Por ese motivo, Miguel Romero exigió el reforzamiento de la presencia y de la vigilancia policial en los alrededores de los templos para evitar hechos delictivos, durante la Semana Mayor.