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Venezuela

7 DE MARZO DE 2019 | La oscuridad que jamás olvidarán los venezolanos

@karanguibel

Hace cinco años Venezuela,  estuvo en el ojo del huracán, está vez no por las protestas, por la violencia o por decretos del régimen de Nicolás Maduro. El 7 de marzo de 2019 marcó uno de los momentos más oscuros para los venezolanos.

Pero, ¿Algo debió haberse arreglado con los años? Lamentablemente no. En este 2023, nada más en enero se registraron más de 3.000 interrupciones de servicio eléctrico, en todo el país, según un análisis de la ONG Comité de Afectados por Apagones.

«Venezuela sufre apagones intermitentes diarios, que en ocasiones pueden llegar a prolongarse por más de 24 horas, especialmente en los estados del interior del país», explicaron.

¿Qué sucedió el 7 de marzo de2019 en Venezuela?

Eran alrededor de las cinco de la tarde cuando la conexión en los teléfonos se perdió, cuando las calles se inundaron de personas que no sabían que sucedía exactamente, mientras caía la noche, y solo el cielo y la luz de los carros, iluminaban el camino de regreso a casa, porque efectivamente no había energía eléctrica en todo el país.

El apagón eléctrico más grande en la historia

El del 7 de marzo, fue conocido como el “apagón” que arropó todo el territorio venezolano, causando graves problemas en hospitales, clínicas, industrias, el transporte, servicios de agua y como consecuencia, múltiples saqueos.

Las primeras 24 horas fueron de terror pero con el paso de los días la situación se tornaba peor y dejó ver algo que los venezolanos veían antes del 7 de marzo: Venezuela estaba llegando a su peor momento.

Pronunciamientos

Mientras se esperaba una respuesta, para el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, el entonces presidente interino Juan Guaidó en un discurso en la plaza de Los Palos Grandes, en Miranda, responsabilizó de la problemática al régimen de Maduro.

A su vez, destacó que mientras los venezolanos pasaron una noche de zozobra, los allegados del gabinete madurista estuvieron con plantas eléctricas que alumbraban sus viviendas.

Por su parte, los expertos de la empresa estatal de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), indicaron que fue por falta de mantenimiento, el desabastecimiento de combustible para las centrales termoeléctrica, la corrupción en el área y la inexperiencia en el campo como resultado de la ‘fuga de cerebros’ debido a la crisis migratoria venezolana, las causas del apagón

“Ese daño ocurrió porque las máquinas son viejas”, Miguel Lara, aseguró exejecutivo de Corpoelec.

Y como era de esperarse, la respuesta de la dictadura de Maduro fue la misma. Según ellos un “SABOTAJE” había causado la crisis que dejó a más de 30 millones de venezolanos sin electricidad.

Tanto así que el entonces Ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, informó que el senador estadounidense, Marco Rubio, había sido parte del plan para «apagar» al país.

MIENTRAS MÁS OSCURIDAD ERA MAYOR LA CRISIS

Suspensión de clases, hospitales trabajando a media máquina – que ya era bastante deficiente antes del apagón -, aumento de delincuencia, saqueos ¿Qué más podría pasar?

Tras 48 horas de la falla general, el diputado de la Asamblea Nacional, José Manuel Olivares reportó que al menos 17 personas habían fallecidos por problemas ocasionados por la falta de electricidad.

100: El número del milagro

Luego de más de 100 horas sin electricidad, el servicio se fue restableciendo, aquel 7 de marzo, paulatinamente en algunas zonas del país, mientras que pobladores protestaban por la falta de electricidad, fallas en las telecomunicaciones y de agua potable

Y es que además de los duros momentos que vivieron millones, sin luz, y sin telecomunicaciones en un país con escasez de efectivo, este fue el momento de la dolarización descarada de la economía venezolana.

Para esos días, la única forma de adquirir algún producto, alimento o cualquier medicamento era con «verdes» como se referían a los dólares.

Mientras tanto, Maduro buscaba distraer la atención de la gravedad del asunto y solo atinó a recomendar a los venezolanos buscar una radio y pilas, para estar “bien informados”, además de un juego de velas y linterna. También anuncio el plan “Tanque Azul” que dotaría “todas las casas del país con un tanque azul, grande y cómodo” para la reserva de agua, algo que para variar jamás cumplió.

En esos días era común ver no solo a “jóvenes” cargando litros de agua, eran cada vez más ancianos, niños, mujeres embarazadas y con discapacidad quienes también debían salir a buscar agua.

SEN: Un sistema destruido por el régimen

“El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) no falló ese día. Venía fallando desde 2001, solo que los cortes duraban menos y ocurrían con más frecuencia”, explicó Miguel Lara Guarenas, ingeniero electricista y exgerente de la oficina nacional de Operación de Sistemas Interconectados, Opsis.

Desde 2016, el Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica no entrega informes oficiales, el último fue cuando presentó a la Asamblea Nacional la Memoria y Cuenta correspondiente al año 2015. La misma en donde se revela que los proyectos de la entidad no fueron culminados, sin embargo no da información sobre las actividades de control ejercidas por el Ministerio, de sus políticas sectoriales ni del Plan Operativo Anual.

Por su parte, en el análisis elaborado por Transparencia Venezuela manifiesta que la Memoria y Cuenta presenta “carencia de información explicativa del uso dado a los recursos financieros que no fueron ejecutados en su totalidad, hecho ocurrido en el 100% de los proyectos”.

Con respecto a los daños materiales, la presidente del Comité de Afectados por los Apagones, Aixa López, aseguró que las pérdidas que sufrieron los ciudadanos superaron los 20 millones de dólares, por artefactos dañados, mientras que, otros gremios y cámaras estiman que el país perdió unos 200 millones de dólares por cada día apagado.

Asimismo, cerca de 600 comercios fueron saqueados y al menos 30% de ellos no pudo retomar sus operaciones. También se perdieron dos mil puestos de trabajo y la actividad comercial se redujo casi a la mitad, según informó Fedecámaras.

Tomando esto en cuenta, el ingeniero Juvencio Molina, integrante de la asociación Venezolana de Ingenieros Eléctricos, Mecánicos y Profesiones Afines (Aviem), advirtió desde el primer semestre del año pasado, que el SEN ha empeorado desde el ‘Gran Apagón’; por lo que, podría darse otra situación similar.

Molina expuso que a pesar de identificar las fallas, no existe un intento por parte de las autoridades – referencia al régimen- para impedir que sigan produciendo daños en el SEN.

¿Otro apagón cerca?

Desde otra perspectiva, la Asamblea Nacional, para mayo de 2020, alertó que en el país las puertas están abiertas a un nuevo «mega apagón» nacional, puesto que con la pandemia, se incrementó la crisis del sector eléctrico.

Fue el diputado del estado Zulia (la zona más afectada por la crisis eléctrica), Enrique Márquez, quien manifestó que el sistema eléctrico es muy frágil y no puede abastecer a la población, pese a que su consumo haya disminuido.

“La generación termoeléctrica está sin funcionamiento en su mayoría. Es decir, tenemos un país sin energía, con serias fallas de transmisión y distribución de energía eléctrica”,

Un mega apagón por partes

De acuerdo con el Comité de Afectados de los Apagones en Venezuela, los registros de sectores con fallas de energía eléctricas siguen en aumento en todo el territorio nacional.

Además de esto, Freddy Valero, parlamentario por el estado Bolívar, ha hecho énfasis a la colapsada generación hidroeléctrica del Guri y la paralización de las plantas termoeléctricas, como Planta Centro que dejó de producir en 2018, más de 2.600 megavatios, que era para complementar el sistema eléctrico nacional.

Ciertamente, en caso de un nuevo ‘Gran Apagón’, a la mayoría de las personas los tomaría por “sorpresa” debido a la pandemia de la COVID-19.

Hospitales casi completamente llenos por pacientes de COVID-19, desempleo porque la nueva normalidad nos hace trabajar desde casa y un aumento a la crisis venezolana, que ya se agrava día tras día. Un panorama, que sin duda, no es nada alentador.