El presidente mexicano descartó este martes celebrar en México una mesa de diálogo sobre Venezuela si lo piden las partes, en la que serían invitados tanto el papa Francisco como diplomáticos de renombre mundial.
«Si nos lo piden las partes, México siempre estará en condiciones de ayudar en la realización de un diálogo. Para conseguir la paz en cualquier nación están abiertas las puertas de nuestro territorio para que se dialogue», apuntó el mandatario en su rueda de prensa matutina, en la que reiteró su política de no injerencia en la crisis en Venezuela.
Desde Palacio Nacional, explicó que de configurarse esta mesa de diálogo se invitaría, en el papel de «intermediario», a diplomáticos de «prestigio mundial», a las Naciones Unidas (ONU) o a Uruguay, país que sostiene una postura parecida a la de México ante la crisis venezolana.
«Incluso hasta el papa Francisco (podría ser mediador), pues ya lo ha hecho», dijo , Andrés Manuel López Obrador, que recordó que el pontífice había intervenido en asuntos sobre Cuba o la pacificación de Colombia.
«Convoco respetuosamente a las partes en conflicto a que se sienten a dialogar y a buscar una salida pacífica», señaló López Obrador. El mandatario mexicano rechazó nuevamente la «polarización» y la «confrontación» en lo relativo a Venezuela, recordando que la Constitución del país azteca apuesta por «la solución pacífica de controversias».
Asimismo, sostuvo que si se quiere hacer llegar ayuda humanitaria a Venezuela «se acuda a la ONU y a la Cruz Roja y que no se politice este tema». México es uno de los pocos países de la región que no ha reconocido a Juan Guaidó, titular de la Asamblea Nacional, como «presidente encargado» de Venezuela, después de que este se autoproclamara como tal el pasado 23 de enero.
Reportaje DW