El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, llamó este martes en Brasilia a sus pares suramericanos a superar las diferencias «ideológicas» y a trabajar en la integración regional, pero las disensiones sobre Venezuela volvieron a dividir.
Por primera vez en casi una década, los dirigentes de las naciones de Suramérica se encontraron para discutir proyectos de cooperación e intentar recomponer la integración regional, luego de que la Unasur naufragara en medio de los giros políticos en los países.
«Dejamos que las ideologías nos dividieran e interrumpieran esfuerzos de integración, abandonamos canales de diálogo y mecanismos de cooperación, y con eso todos perdimos», afirmó Lula antes de la cita a puerta cerrada en Itamaraty, sede de la cancillería.
«Los elementos que nos unen están por encima de las diferencias ideológicas», añadió.
Lula, que retomó los lazos diplomáticos con el régimen venezolano, rotos por su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro; recibió el lunes con honores a Maduro en Brasilia y celebró el «inicio del regreso» del dictador chavista al plano suramericano.
Tras la cita regional, Lula reiteró que «existe una narrativa en el mundo de que en Venezuela no hay democracia y de que Maduro cometió errores», y contrapuso que el país caribeño vive una «tranquilidad» inusitada.
Por ese motivo, a su parecer, Nicolás Maduro tiene la obligación de construir su narrativa con hechos reales y consideró que la mejor manera de revertir esa «narrativa», es a través de la convocatoria de elecciones libres en Venezuela.
Lula afirmó que cuando Hugo Chávez tomó el poder, «se construyó una narrativa en contra de Chávez», en la que se determinaba que era un demonio y «todo el mundo» estaba en su contra.
El izquierdista dijo que así sucedió con él, pues según aseveró, se vendió una narrativa y una mentira sobre él en «60 titulares en las revistas» que luego no lograron probar.
Por otra parte, señaló que la misma exigencia que el mundo democrático hace para Venezuela «no la hace para Arabia Saudita».
-Divisiones-
Sin embargo, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, criticó que Lula defendiera en la víspera a Nicolás Maduro al asegurar que las denuncias de autoritarismo en Venezuela son una «narrativa».
«Quedé sorprendido cuando se habló de que lo que sucede en Venezuela es una narrativa», dijo Lacalle durante su discurso ante los mandatarios.
«Lo peor que podemos hacer es tapar el sol con un dedo (…) Pongámosle (a Venezuela) el nombre que tiene y ayudemos», afirmó Lacalle, que califica a Maduro de «dictador».
En la misma línea, el presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que la situación venezolana «no es una construcción de narrativa» sino «una realidad seria». «Los derechos humanos deben ser respetados siempre», apuntó.
El mandatario chileno apoyó a la vez el reiterado pedido de Caracas de llamar a Estados Unidos y la Unión Europea a desmontar las sanciones que pesan sobre Maduro y su gobierno.
Maduró respondió señalando que esos países «tienen una visión» y Venezuela, «otra». «Lo más importante es que ha habido un debate», afirmó, anunciando «una nueva etapa» de la integración suramericana.
– Falta de proyectos comunes –
Once dirigentes regionales participaron en el encuentro, definido por Lula como un «retiro» para hablar de forma distendida y con franqueza.
Además de Lula, el dictador Maduro, Boric y Lacalle, a la cita asistieron los mandatarios de Argentina, Alberto Fernández; de Colombia, Gustavo Petro; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; el de Ecuador, Guillermo Lasso; el de Bolivia, Luis Arce; el de Guyana, Irfaan Ali, y el de Surinam, Chan Santokhi.
Perú estuvo representado por el jefe de gabinete, Alberto Otárola.
La cita se cerró con una declaración consensuada en pos de fortalecer la integración para «afrontar los desafíos compartidos» y aumentar el intercambio comercial y las inversiones, pero sin acuerdos concretos.
También se creó un grupo de trabajo conformado por los cancilleres de los doce países, que deben reunirse en 120 días para analizar los avances.
Suramérica «en discursos está unida, pero no en proyectos concretos», había dicho Petro a periodistas al llegar.
– «Hermandad» vs «pluralidad» –
El último encuentro entre los líderes suramericanos había sido en 2014, durante una cumbre de la Unasur en Quito.
Creada en 2008 por Lula (2003-2010), el argentino Néstor Kirchner y Hugo Chávez para contrarrestar la influencia norteamericana en la región, la Unión de Naciones Sudamericanas fue criticada durante años por algunos por su sesgo izquierdista.
«Era una hermandad», dijo Lula. «Eso ya no existe, (ahora) es más plural, necesitamos aprender a convivir con esa pluralidad».
Paralizado luego de triunfos conservadores en la región y las desavenencias entre países por la crisis venezolana, el bloque está actualmente sin presupuesto y sin sede.
Solo siguen en Unasur Bolivia, Guyana, Surinam, Venezuela y Perú -que nunca lo abandonaron-, además de Brasil y Argentina, que regresaron este año.
AFP.