El PSOE deberá pronunciarse la semana que viene en el Parlamento Europeo sobre la renovación del reconocimiento a la Asamblea Nacional venezolana que preside Juan Guaidó a pesar de que ayer intentó, junto a Podemos, evitar que el tema fuera incluido en el orden del día.
En la reunión de ayer de la conferencia de presidentes que preparaba el orden del día para el próximo pleno, el Grupo Socialista se alineó con el de la Izquierda Unitaria (en el que milita Podemos) para oponerse a que este punto entrase en el orden del día, pero se encontraron en minoría. Según los cálculos de los promotores, la resolución podría ser aprobada sin el apoyo del Grupo Socialista, que en un caso tan cercano como este se dejará orientar por el criterio de la delegación española.
Fuentes populares insistían ayer en que el objeto de adelantar esta votación es hacerlo antes del próximo Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores del próximo día 25 para dejar claro antes cual es la posición del Parlamento.
A primeros de este mes, el alto representante para la Política Exterior, el socialista español Josep Borrell, publicó una declaración en la que afirmaba que las elecciones de diciembre no habían sido legales y por tanto no las reconocía, y que Guaidó se considera como «representante de la última expresión libre de los venezolanos en un proceso electoral» con quien la UE «renueva su compromiso» como interlocutor en la búsqueda de una solución a la crisis, una fórmula que parecía eludir el reconocimiento formal como presidente provisional.
Hay que aclarar que la UE como tal no ha reconocido nunca a Guaidó sino que lo han hecho casi todos los países miembros. Sin embargo, por ahora hay dos capitales (Roma y Nicosia) que no lo han hecho, lo que impide a Borrell reflejar una posición unánime. El Reino Unido, ya fuera de la UE, ha reiterado el reconocimiento a Guaidó y a la extensión del mandato que decidió la Asamblea Nacional elegida democráticamente.
Aunque no tiene efectos diplomáticos, para el Parlamento Europeo la cuestión tiene otros ángulos que recomiendan la adopción de esta declaración, entre otros el de evitar que los miembros de la asamblea elegida por la dictadura pudieran reclamar su participación en reuniones de la asamblea Eurolatinoamericana (Eurolat) para intentar ocupar el lugar de los que lo hacen ahora, es decir, los diputados elegidos en 2015.
Según fuentes del Grupo popular, la resolución que se presentará a votación será relativamente moderada y aséptica a parte del elemento central que es el rechazo de las elecciones que ha controlado la dictadura y la reiteración del reconocimiento a la legitimidad de la anterior Asamblea Nacional. El objetivo es permitir a los socialistas que se sumen finalmente a esta iniciativa para dar más fuerza a la declaración del Parlamento.