Venezuela no aparece en la lista de países de América Latina en los que creció la inversión extranjera. Solo en cinco países aumentó de manera directa con respecto a 2019.
Estos países afortunados son: Bahamas, Ecuador, Barbados, Paraguay y México. Con estos datos, el país azteca se consolidó como el segundo receptor de inversión extranjera directa de la región por detrás de Brasil, que acusó una contracción del 34% en términos de inversión extranjera.
Por su parte, los sectores de recursos naturales y manufacturas, con reducciones del 47% y del 38%, respectivamente, fueron los más golpeados durante 2020. Las energías renovables se mantuvieron como el sector de la región que despierta el mayor interés de los inversores extranjeros.
Estados Unidos aumentó del 27% al 37% su participación en la inversión extranjera de la región en 2020 ante la fuerte caída de Europa (que bajó del 51% al 38%) y de América Latina (que pasó del 10% al 6%).
La menor caída de Estados Unidos como origen de los flujos de inversión se explica principalmente por el aumento de las inversiones de este país en Brasil en 2020. En contraposición, las entradas desde los dos países europeos que tenían más inversiones en Brasil –los Países Bajos y Luxemburgo– se redujeron entre 2020 y 2019, lo que determinó una caída del peso de Europa como inversor en la región.
En 2020, los flujos de las empresas transnacionales latinoamericanas (translatinas) también se desplomaron (-73%), aunque con elevada heterogeneidad. Así, mientras Chile y México mostraron un incremento en los flujos de inversión directa en el exterior, Argentina, Brasil, Colombia y Panamá registraron retrocesos.
La inversión extranjera directa de América Latina y el Caribe cayó un 34,7%, lo que supone la pérdida de 56.000 millones de dólares y el nivel más bajo en una década, según un nuevo informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL) presentado este jueves.
En concreto, la inversión extranjera en la región latinoamericana fue de 105.480 millones de dólares durante 2020, lo que equivale al 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB). Para 2021, CEPAL estima que la inversión extranjera directa crezca entre un 10% y un 15% a nivel global. En América Latina, la proyección oscila entre un retroceso del 5% y un avance del 5%.
Por regiones, el estudio anual La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2021 apunta que Centroamérica asumió el grueso de las pérdidas de inversión, con una caída del 89,4%, mientras que en el Caribe la contracción fue del 25,5%.
Para la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, los datos suponen una “gran caída”, una tendencia que ya venía decreciendo desde 2013.
“La inversión extranjera directa ha hecho aportes relevantes en América Latina y el Caribe, pero no hay elementos que permitan afirmar que en la última década haya contribuido a cambios significativos en la estructura productiva de la región o que haya servido como catalizador para la transformación del modelo de desarrollo productivo”, ha destacado Bárcena.
En este contexto, la secretaria ejecutiva apuesta por una aproximación estratégica multilateral para posicionar los intereses de la región y que los flujos de inversión aporten al desarrollo sostenible.
“Hoy el desafío es mayor por las características y la magnitud de la crisis. Necesitamos canalizar la inversión extranjera directa hacia actividades que generen mayor productividad, innovación y tecnología”, ha añadido Bárcena.