Venezuela tendrá este año un crecimiento económico moderado, pero pierde la oportunidad “espectacular” de aprovechar el alza de los precios petroleros por la guerra en Ucrania y tras la renovación sin mayores cambios de una licencia para la operación de empresas extranjeras en su industria de hidrocarburos, como Chevron.
Eso opinaron especialistas consultados por la Voz de América.
Y es que la posibilidad de una flexibilización de las sanciones económicas para que compañías como Chevron pudieran negociar sus roles futuros en Venezuela, como había adelantado la Casa Blanca, despertó grandes expectativas de un crecimiento económico mayor al esperado en el país suramericano en 2022.
La administración del presidente Joe Biden no dio un golpe de timón en definitiva, sino que renovó por seis meses más una licencia que apenas permite a Chevron y a sus empresas de servicio mantener operaciones mínimas en Venezuela, sin poder extraer ni exportar petróleo de origen local.
Sin pulmón de inversión local significativa ni la oportunidad de aumentar su producción petrolera en el corto plazo, Venezuela ve cómo se le escapa una ventana de “oportunidad” en el mercado mundial por el conflicto en Ucrania.
El lunes, la Unión Europea aprobó recortar cerca de 90 % de las importaciones de crudo ruso en los próximos seis meses. El anuncio disparó los precios de los crudos WTI y Brent en el mercado por encima de los 120 dólares por barril.
El barril de petróleo Brent se cotizaba en 124 dólares la mañana de este martes, mientras que el WTI rozaba los 119 dólares por unidad. Venezuela vende su crudo con descuento, principalmente en mercados asiáticos con la ayuda de socios como Irán y Rusia, aunque el Kremlin disminuyó su rol en esas operaciones debido a los vetos extranjeros por su agresión a Ucrania.
Venezuela, subraya Contreras, no está ahora en condiciones de suplir esa demanda del petróleo y el gas de Rusia en Europa y Estados Unidos.
El especialista expresa a la Voz de América que la administración Biden pudiera flexibilizar sanciones en Venezuela a mediano plazo, de seis a 12 meses, pero comenta que “entre la decisión y la acción pasa mucho tiempo”.
“Una cosa es decidir el levantamiento de las sanciones y otra cosa es que los números se activen. Venezuela sigue siendo la oportunidad para todo el mercado que dependía de Rusia, pero debe mostrar un camino político y democrático que permita abrir la economía y permitir que el PIB crezca”, indica.
Washington demanda que el gobierno de Nicolás Maduro regrese a las negociaciones de México con sus opositores, facilitadas por Noruega, para lograr avances democráticos y, a la par, debatir la flexibilización de sanciones.
Las “patas cortas”
El crecimiento económico de Venezuela tendrá “patas cortas” este año, opina el economista y experto en materia petrolera Luis Oliveros. El experto estima que las sanciones y la imposibilidad de aumentar la producción de crudo son plomo en el ala.
Especialistas en el área financiera calculan que Venezuela perdió más de 80 % de su Producto Interno Bruto en la última década, bajo el mandato de Maduro.
Oliveros, firmante de una carta abierta al presidente Biden que le pedía flexibilizar las sanciones económicas contra el sector petrolero de Venezuela, se lamenta porque Venezuela no pueda surfear la ola de precios altos del crudo.
“El que se mantenga la producción petrolera en los niveles actuales es una muy mala noticia no solamente para el sector petrolero, sino también para el país. Es otro boom petrolero que Venezuela se pierde, para sacar gente de la pobreza y tener ingresos adicionales” en sus arcas nacionales, advierte.
Venezuela deberá mantener ahora sus alianzas estratégicas en el sector energético con aliados como Irán y Rusia, limitado para catapultar significativamente su producción y refinación de petróleo, considera el economista y profesor de la Universidad Central, Luis Crespo.
La nación suramericana queda ahora en una posición de crecimiento de 5 % de su PIB con base en una producción de 700.000 barriles de crudo al mes, el alza de remesas, la explotación “irracional” de minerales en el sur del país (Arco Minero) y la evolución de su “economía negra”, asegura Crespo.
Sectores como el farmacéutico y la recreación repuntarán, mientras otros, como la industria y la manufactura, claves para la economía, se estancarán, anticipa.
Ya no habrá un alza de las finanzas venezolanas de hasta dos dígitos, como preveían firmas privadas locales e internacionales, concluyó.
VOA