Mientras muchos migrantes arriesgan sus vidas para llegar a Estados Unidos en busca del sueño americano, Gabriel Zárate huyó del alto costo de la vida en San Diego, California, y se mudó a la ciudad fronteriza mexicana de Tijuana.
Desde hace cuatro años, este estadounidense de origen chileno cruza la frontera por el día para trabajar en San Diego como profesor de inglés de extranjeros y regresa cada noche a Tijuana.
«Una de las mayores razones es el costo de vida en Tijuana. Es significativamente más barato que California», dice.
Además, «amo a los mexicanos, la comida mexicana», añade Zárate, de 38 años, varios de los cuales vivió en otras partes de América Latina.
«En San Diego, yo vivía en un estudio de 1.275 dólares mensuales. Aquí es como la mitad», dice su vecino Mike Rachfal, de 36 años y también profesor de inglés en San Diego, aunque la mayoría de las clases las dicta remotamente desde Tijuana.
Como ellos, un número cada vez mayor de estadounidenses se mudan a México, donde encuentran un modo de vida más barato, una tendencia que amenaza con avivar la gentrificación y afectar el poder adquisitivo de muchos mexicanos.
Tijuana es una de las ciudades mexicanas donde el precio de los inmuebles aumenta a mayor ritmo: 10,7% en primer trimestre de esta año respecto al mismo periodo de 2021, según la estatal Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
«Más del 80% de nuestros clientes y visitantes son de origen estadounidense», según el Consejo Estatal de Profesionales Inmobiliarios de Baja California, el estado al que pertenece Tijuana.
«El precio promedio de los bienes que compran fluctúa alrededor de los 270.000 dólares. Nuestros precios son tres veces más bajos de lo que costaría la misma propiedad en Estados Unidos», subraya su presidenta, Ruth Sastre.
– «Welcome to Tijuana» –
«Welcome to Tijuana / tequila, sexo, marihuana»: 25 años después de que el músico francoespañol Manu Chao resumiera así su carácter, esta urbe de casi dos millones de habitantes es un reflejo de México.
Acogedora, dinámica, entrañable pero también violenta, con más de mil asesinatos tan solo en 2022, la mayoría por ajustes de cuentas entre criminales.
Pero «la seguridad es como en todas las grandes ciudades. Siempre hay lugares más rudos o complicados que otros», relativiza Zárate.
En Rosarito, un balneario del Pacífico cercano a Tijuana, entre 10.000 y 12.000 de sus 70.000 habitantes son estadounidenses, estima Jesús Rincón Vargas, presidente de la cámara local de la construcción, al referirse al boom inmobiliario que «comenzó hace unos 10 años».
En total, 1,6 millones de estadounidenses viven en México, según la embajada de Estados Unidos, que no lleva registros oficiales. Como los europeos, pueden venir durante seis meses con una simple visa de turista.
– Cultura amigable –
La zona fronteriza no es la única que atrae a los estadounidenses.
Desde el inicio de la pandemia, la capital mexicana enfrenta «un flujo importante de nómadas digitales», según Cristina Sancen, una portavoz de WeWork, empresa dedicada al alquiler de espacios de trabajo compartidos.
«La Ciudad de México tiene un clima inigualable (…) Además es una ciudad cosmopolita, con un gran desarrollo, con presencia de start-ups, de corporativos», añade.
«México es una especie de portal para empresas que se quieren expandir», considera Brian McDonald, un estadounidense que vino desde Oklahoma a instalarse en la capital hace más de un año.
«Es una cultura muy amigable», agrega este desarrollador de software de 34 años.
La escocesa Kirsty Hall, de 23 años, también optó por el «DF» -Distrito Federal, el antiguo nombre de la capital- para trabajar a distancia para una firma emergente de San Francisco.
«Puedo caminar a todas partes aquí, puedo ir en bici, hoy día patiné al trabajo. El transporte público es fantástico y muy barato. La gente es muy acogedora también», celebra la joven.
Los extranjeros adoran los barrios céntricos (Roma, Condesa, Juárez), muy agradables para vivir por sus parques, calles arboladas y edificios que datan del siglo XIX.
En el primer trimestre de 2022, los precios de la vivienda aumentaron 6,4% en la zona metropolitana del valle de México, según el índice de la SHF.
¿Es esto atribuible a la migración de estadounidenses o a la inflación?
«He escuchado decir que había prejuicios contra los nómadas digitales, pero nunca los experimenté», cuenta Blazej Mosinski, un polaco que, «por razones financieras», optó por México en lugar de San Francisco para hacer una pasantía.
A comienzos de año, una estadounidense publicó en Twitter: «Háganse un favor y trabajen remotamente en Ciudad de México – Es verdaderamente mágico».
Su inocente mensaje, eliminado posteriormente, fue ridiculizado en redes sociales por muchos mexicanos al evocar la congestión del transporte público e incluso el terremoto del pasado 19 de septiembre.
AFP