En las elecciones del mes pasado, Warnock aventajó a Walker por 37.000 de los casi 4 millones de votos emitidos en el estado, pero no rebasó el umbral del 50% necesario para evitar una segunda vuelta.
El senador parecía abrir una ventaja más amplia en la segunda vuelta sobre Walker, un astro del fútbol americano que saltó a la fama en la Universidad de Georgia y posteriormente en la NFL en la década de 1980. Walker no logró sobreponerse a una serie de acusaciones, incluyendo señalamientos de que pagó por los abortos de dos de sus exnovias pese a su apoyo a una prohibición nacional del aborto.
“Parece que las cuentas no van a salir”, dijo Walker, aliado y amigo del expresidente Donald Trump, a sus seguidores reunidos el martes por la noche en el Salón de la Fama del Fútbol Universitario en el centro de Atlanta. “No hay excusas en la vida y no voy a poner excusas ahora porque peleamos muchísimo”.
La victoria demócrata consolida la posición de Georgia como un estado disputado en el sur de Estados Unidos, dos años después de que Warnock y su colega demócrata Jon Ossoff ganaran sus segundas vueltas en 2021 y dieran el control del Senado al partido apenas unos meses después de que Biden se convirtiera en el primer candidato demócrata a la presidencia que ganaba en Georgia en 30 años. Los votantes volvieron a apoyar a Warnock en el mismo ciclo electoral en el que reeligieron al gobernador republicano Brian Kemp por un amplio margen y votaron a candidatos republicanos en todos los comicios a funcionarios estatales.
La derrota de Walker era otra muestra de los problemas que ha tenido el Partido Republicano este año con candidatos con problemas que siguen el ejemplo de Trump, un revés para el expresidente mientras prepara su tercera campaña a la presidencia para 2024.
La mayoría clara de los demócratas en el Senado implica que el partido ya no tendrá que negociar un reparto de poder con los republicanos ni dependerá de la vicepresidenta, Kamala Harris, para romper muchos empates.
Voz de América