Dos jóvenes fueron detenidos después que un hombre murió arrollado. No fue un accidente precisamente, pero tampoco el fallecido, Luis Haguit Izaguirre Martínez (40 años), era un transeunte común, en realidad era un militar con carnet de la DGCIM. El incidente tiene, de un lado, a un grupo de cinco delincuentes, y del otro, a una familia con varias víctimas. No hay una versión oficial de lo ocurrido, quizá porque no era más que una acción delictiva, robo y secuestro, contra la familia de Carolina Esther Estanga y Alejandra Silva, cuyos sobrinos son los presos.
Lo primero que se supo es que, el 3 de diciembre, en horas del mediodía, un hombre murió arrollado por el vehículo de una de las personas a quienes había atacado en la urbanización Rancho Grande, calle 44, sector Ezequiel Zamora, parroquia Bartolomé Salom, Puerto Cabello, estado Carabobo. Se agregó que los supuestos delincuentes habían huído en dos motos y que uno de ellos, Izaguirre Martínez, lo hizo a pie, siendo arrollado, llamando la atención que tenía, además de la cédula de identidad, documento de la Fuerza Armada como Sargento Mayor de Tercera y carnet Nr. 7494 como funcionario de la DGCIM.
El joven que arrolló al funcionario de la DGCIM tiene 23 años y es hijo de Carolina Esther Estanga y sobrino de Alejandra Silva. Fueron detenidos él y su hermano.
Izaguirre Martínez, junto a dos hombres, que se desconoce si también eran funcionarios de la DGCIM, salieron huyendo de la vivienda, donde tenían amordazados y secuestrados a varios miembros de una familia, después que una de las víctimas logró soltarse y salir a la calle pidiendo auxilio. Los victimarios salieron a prisa del lugar, dos de ellos se marcharon en la moto, dejando a Luis Haguit Izaguirre, quien al correr para marcharse fue atropellado por la camioneta de una de las víctimas.
Luis Haguit Izaguirre Martínez había estado adscrito al entonces Comando Regional N° 5, Destacamento de Seguridad Urbana Caracas, como sargento de la Guardia Nacional. Y para el momento del suceso aparece como funcionario de la DGCIM.
Abundan los testimonios de víctimas de funcionarios de la Dirección General de Contraiteligencia Militar (Dgcim) que llegan a las viviendas, rompen cerraduras, allanan sin orden, roban prendas, se llevan vehículos, incautan equipos portátiles y se llevaban a personas que desaparecían por varios días hasta que después quedaban en libertad y los presentaban ante algún tribunal. Una de esas características es que vestían de negro, algunas veces encapuchados y con armas largas.
El hecho es sórdido, causando un incómodo silencio en el organismo de Inteligencia estatal, más aún porque ocurre en un territorio donde el teniente Coronel Alexander Granko Arteaga, jefe de la Dirección de Asuntos Especiales (DAE) de la Dgcim tiene marcados intereses.
Nota completa en INFOBAE